Santa llega a Holanda

Para los niños en Holanda el cinco de diciembre es el día más emocionante.

Las tradiciones navideñas varían de un país a otro. Para los niños en Holanda, por ejemplo, uno de los días más emocionantes del año es e l 5 de diciembre. Esa noche apenas pueden dormir soñando con San Nicolás o Santa Claus, al que allí llaman 'Sinterklaas'.

Según la tradición, este señor de barba blanca y capa roja llega de España en un barco a vapor repleto de regalos. Su paje Pedrito es el encargado de bajar por las chimeneas para dejar mandarinas, golosinas y pequeños paquetes en los zapatos de los niños que se han portado bien durante todo el año.

De tanto bajar y subir por las chimeneas, la cara de Pedrito siempre está negra, tiznada de hollín.

Bente, que vive en la ciudad de Apeldoorn. Aquí nos cuenta cómo celebra esta fiesta:

'Unas tres semanas antes del 5 de diciembre, se escucha música por todos lados. En esos días llega San Nicolás a un puerto de nuestro país. Su llegada la podemos ver por televisión. La gente lo recibe bailando y cantando. Apenas se baja del barco, San Nicolás monta en su caballo blanco, que se llama Amerigo, y recorre la ciudad acompañado por Pedrito, su ayudante. Muchos niños disfrazados de Pedrito corren a su lado y reparten galletas pequeñitas como nueces.

Foto: La Prensa



San Nicolás es un señor muy distinguido pero muy cariñoso. Sus 'Pedritos' son traviesos, llevan la cara pintada de negro y un birrete de colores. En los días antes de la fiesta, no me pierdo el 'Informativo de San Nicolás' en la tele. Todos los años cuentan una historia diferente.

Mientras San Nicolás está en Holanda, cada sábado puedo dejar un zapato al lado de la chimenea. Dentro del zapato pongo una zanahoria para su caballo y una carta para San Nicolás. Al otro día siempre encuentro algo rico para comer o un pequeño regalo.

San Nicolás realmente existió. Fue un obispo que vivió en el sur de Europa hace cientos de años. Repartía dinero y regalos entre los niños. También tenía un paje, dicen que era un esclavo a quien el santo dejó en libertad. De allí viene nuestra tradición de celebrar su día.

Para nosotros, el 5 de diciembre es la gran 'noche de los paquetes'. San Nicolás visita las escuelas o las casas con una gran bolsa de yute al hombro. Si no tiene tiempo de entrar, sólo golpea la puerta y deja allí los regalos. También festejamos en la escuela. Cada niño prepara una sorpresa para otro compañero.

Los niños pequeños, los que son menores de cinco años, creen que San Nicolás aún existe de verdad. Los mayores sabemos que son los padres quienes ponen regalos y dulces en nuestros zapatos.

Por eso, lo que les voy a contar ahora es un secreto: un año, mi hermana y yo nos disfrazamos de Pedritos. Nos pintamos la cara de negro y mi papá se vistió de San Nicolás para llevar regalos a nuestros primos. ¡Fue muy gracioso!

Pero tuvimos un pequeño problema: a mi hermana y a mí se nos ocurrió divertirlos con un número de acrobacia, y se nos abrió el traje por la espalda... ¡Por eso descubrieron que no éramos Pedritos de verdad!'