Claves para disfrutar la pasión sin contratiempos

Para vivir plenamente la sexualidad con tu pareja debes hablar sin tabúes y sin ofender su respectiva autoestima

  • 11 oct 2016

Pensar demasiado en cómo te ves, si eres bueno en la cama o si lograrás satisfacer a tu pareja puede provocar que tu encuentro sexual termine en fracaso y no en fiesta. Para Rinna Riesenfeld, terapeuta y directora del Centro de Educación Integral para la Salud Sexual, la ansiedad del desempeño es el resultado de pensar los encuentros sexuales como si fueran evaluaciones que tenemos que pasar con 10.

La terapeuta sexual explica que la angustia por el desempeño se presenta tanto en hombres como en mujeres, pero por razones distintas.

“En los hombres las preocupaciones suelen ser: ‘ojalá que se me pare. Ojalá que no eyacule rápido. Ojalá que sepa tocar a la chava y que sea buen amante’”.

“En las mujeres tiene que ver con la autoimagen y los traumas, por ejemplo, piensan: ‘¿Todavía me está bajando? ¿Me rasuré? ¿Qué ropa interior tengo? ¿Tengo inflamada la panza porque cené mucho?’”.

La especialista atribuye esas situaciones a las expectativas sociales asignadas comúnmente a mujeres y hombres. Mientras de ellas se espera que sean bonitas, el requisito para ellos es ser buenos amantes.

La ansiedad del desempeño puede aparecer en un momento en que la persona está estresada por cuestiones como el trabajo o el dinero y traslada esa angustia al plano sexual o puede ser resultado de una experiencia de abuso. Sin embargo, Riesenfeld destaca que en muchas ocasiones es provocada por actitudes de la pareja.

“He tenido pacientes hombres cuyas parejas les han hecho comentarios como: ‘El novio que tenía antes, no sabes qué porquería, era malísimo en la cama y yo me prometí que nunca más iba a andar con alguien así’.

“En el caso de las mujeres puede suceder que fueron objeto de burla por parte de su pareja, por ejemplo, cuando al desvestirse a la mujer se le sale la pancita o no tiene los senos en el mejor lugar y la pareja le dice: ‘¡ay! no te caerían mal unos kilitos de menos’”, detalla.

El problema es que toda esta angustia puede interferir con la lubricación y la dilatación de la vagina, impedir la erección o provocar eyaculación precoz. Por eso Riesenfeld recomienda platicar con tu pareja sobre lo que te preocupa, conectarte con las sensaciones de tu cuerpo y el de tu pareja y nunca menospreciar el juego previo.

“Mi consejo es que se metan a la cama pensando solamente en que es un espacio para compartir físicamente con alguien, no hay un guión, no hay una lista de cosas que haya que ir analizando.