“Si uno conoce a la persona va a conocer los deseos, sus necesidades y expectativas y cuando los conoce los puede expresar verbalmente. Lo que favorece un encuentro exitoso”, explica Eusebio Rubio, sexólogo mexicano. Advierte que no hay recetas mágicas.
“La palabra es una herramienta poderosísima en el momento en el que se está hablando el mismo idioma erótico. No debe confundirse el deseo y las necesidades del otro, con las propias, eso puede ocasionar desencuentros”.
Las palabras pueden ser suaves, dulces y tiernas, hasta soeces y cachondas, eso depende de la personalidad, gustos y costumbres de cada persona, explica David Barrios, también sexólogo.
Asegura que muchas personas son audiofílicas en el sentido de que les gusta escuchar y con ello se erotizan, pero no todas las parejas se erotizan de esta manera. Por lo que ser asertivo y experimentar es fundamental, plantea.
“En la asertividad la persona le plantea a la pareja: ‘A mí me gusta decir palabras para erotizar o para favorecer que tengamos un encuentro o simplemente para que te excites’. La otra persona puede decir: ‘Pero a mí no. A mí me gusta esta otra manera para erotizarme’. Así que no hay nada como la respuesta sencilla y la respuesta concreta”, indica.
Cartas intensas
La erotización de la pareja a través de las palabras es una práctica que se ha ido perdiendo, considera David Barrios, sexólogo. “Antes existía mucho la seducción, el cortejo e incluso la propuesta erótica mediante las palabras, que podían ser elegantes y sofisticadas, hasta directas y llanas, pero actualmente está siendo sustituida por otras prácticas más expeditas, más rápidas”, señala.
Lamenta que se desperdicie la intermediación de una palabra que haga vibrar y erotizar a la pareja e incrementar su deseo. Por eso llama a experimentar y desempolvar el viejo estilo epistolar de la carta de contenido intenso o, para estar acorde con la tecnología, utilizar whats app para el cachondeo.
