Mitos que hacen daño a las mujeres

Hoy a las mujeres nos toca cuestionar estos mitos, planear desde lugares más informados y cerrar brechas

realidad. desigualdad de género

Redacción. A lo largo de la historia, el hombre ha recurrido a relatos ficticios e historias fantásticas para explicar el posicionamiento social asimétrico y subordinado de la mujer con respecto a él.

Estos son algunos de los mitos a través de los que ha buscado justificar la desigualdad de género en el trabajo:

1. Nos dijeron que al hombre le corresponde proveer y a la mujer le corresponde cuidar. Aludiendo a diferencias biológicas entre hombre y mujer, nos han dicho que las mujeres somos “naturalmente” mejores cuidando a los hijos, lo cierto es que no hay ningún sustento biológico para esta división arcaica de roles y tareas, que hoy sabemos es sexista y excluye a las mujeres del trabajo pagado.

2. Nos dijeron que el trabajo no remunerado es amor. El trabajo no remunerado, doméstico y de cuidados, al que las mujeres dedican 50 horas a la semana, tiene un valor cuantificable en dinero, que va mucho más allá del agradecimiento de una sociedad que promociona el sacrificio de las mujeres como una virtud aspiracional. Representa también la infraestructura viviente del país, y las mujeres no tenemos por qué cargar con el 75 por ciento de un trabajo del cual claramente todos nos beneficiamos.

3. Nos dijeron que las mujeres somos histéricas por naturaleza. Que somos seres inundados de emociones, lo cual en automático nos imposibilita dirigir nuestras vidas, una empresa, no se diga una nación, cuando el problema es un lugar de trabajo que fue pensado para los hombres. Es hora de que las emociones tengan cabida en el trabajo y que reconozcamos la forma en la que estas fortalecen el liderazgo de mujeres y hombres.

4. Nos dijeron “estudia mucho mijita, para que te vaya mejor”. Pero no nos dijeron que la meritocracia es un mito para las mujeres, pues aunque hoy se gradúan más mujeres que hombres de universidad y posgrado, los hombres tienen acceso al trabajo pagado. No se trata de prepararnos más, llevamos años listas, es hora de que se eliminen los prejuicios de género.

5. Nos dijeron que las mujeres no somos buenas para las matemáticas, ni para la ciencia, la tecnología, la ingeniería. La realidad es que ser brillante o ser genio no está determinado por el género y ya va siendo hora de que dejemos de verlo como tal.