Es posible que todos dependamos de otros en mayor o menor grado. Lucy Garza , terapeuta, explica que ser independiente va más allá de tener libertad.
“Ser independiente es el derecho de toda persona de sostener sus ideas, tomar decisiones y actuar basada en sus creencias y valores personales”, dice. Sin embargo, la libertad de una persona debe saber convivir con la de otras y estas son el límite personal.
Puntos esenciales
1. La especialista menciona que cuando la independencia personal se usa solo para satisfacer caprichos propios, se transforma en individualismo y puede ser destructiva. “La verdadera independencia es aceptarnos seres interdependientes. Cada uno conserva su individualidad, pero respeta las individualidades de los otros”.
2. La sicóloga indica que generalmente las personas dependientes creen que son independientes. “Este tipo de seres humanos creen que estar entregados totalmente al trabajo los hace mejores y muy independientes de los demás; sin embargo, no lo son, pues sin su empleo o actividades no pueden hacer nada más; algunas veces, ni tener una relación familiar”.
3. Las especialistas coinciden en que al aprender a tomar decisiones, ser firmes en lo que se piensa, apoyar a otros y hacer el bien a los demás se sientan las bases para presumir de una verdadera libertad.
4. Aunque pueda resultar atemorizante, cortar los lazos de la dependencia es la única manera de valorarse uno mismo. Confía en tus emociones, sea ira, felicidad, deseo de establecer lazos o cortarlos. Así llegarás a vivir esta existencia con la que siempre soñaste. La fortaleza interior surge del respeto por uno mismo.
5. Estas decisiones y ajustes son para tu bien. Implican la autoaceptación y el amor por ti misma. De este modo, la persona frágil que fuiste una vez, sujeta a las cuerdas de la voluntad ajena, estará ahora firmemente unida a ti misma, inmersa en autoconfianza y gozando de la independencia interior.
6. Si no evitas que tu valor como persona esté determinado por los demás, si no te convences de que no necesitas cubrir expectativas ajenas y complacer a otros para poder ser amada, no podrás vivir saludablemente. Si tomas las riendas de tus sentimientos en vez de permitir que otros decidan cómo te debes sentir, habrás comenzado a transitar el camino de la independencia y podrás valerte por ti misma.