Las princesas de la nueva era

La época medieval ha inspirado a grandes diseñadore este año. El escote corazón, vestidos largos, vaporosos y los tules son tendencia

Desde que las niñas ya no quieren ser princesas, sino it girl, y las princesas dejaron de vestirse con opulentos estilismos, la moda se reinventa y propone un look principesco democrático, moderno y muy de la calle, actual.

Cargado de romanticismo, el tul es un tejido etéreo, con estructura en forma de red y fabricado con hilo multifilamento. Su versatilidad se impone en las propuestas de gala y se presenta en forma volante, pliegues, pétalos de rosas o sutiles plisados.


El escote corazón favorece a las mujeres delgadas, con un bonito y atractivo busto, no es apto para todas”, explica la estilista Pepa Fernández. La falda de efecto miriñaque se impone esta temporada, pero ¿qué es el miriñaque? Una falda almidonada guarnecida con aros, a modo de armazón, que tuvo su origen en 1850.

Foto: La Prensa

Valentino

En el armario de la nueva princesa no falta un vestido largo negro, que esta temporada se muestra más atrevido y travieso con rotundas aperturas y cortes, además de ricos tejidos como encajes o brocados, así los propone Alexander Mcqueen, Altuzarra, Christian Dior, Chanel, óscar de la Renta o Mugler.

Al lado del clásico modelo negro hay hueco para un vestido de raso fluido, ese modelo lencero, efecto segunda piel, que muestra el lado más sensual de la mujer. Desde que las niñas ya no quieren ser princesas, sino it girl, y las princesas dejaron de vestirse con opulentos estilismos, la moda se reinventa y propone un look principesco democrático, moderno y muy de la calle, actual.

Cargado de romanticismo, el tul es un tejido etéreo, con estructura en forma de red y fabricado con hilo multifilamento. Su versatilidad se impone en las propuestas de gala y se presenta en forma volante, pliegues, pétalos de rosas o sutiles plisados. “El escote corazón favorece a las mujeres delgadas, con un bonito y atractivo busto, no es apto para todas”, explica la estilista Pepa Fernández.

Foto: La Prensa

Emilio Morena

Al lado del clásico modelo negro hay hueco para un vestido de raso fluido, ese modelo lencero, efecto segunda piel, que muestra el lado más sensual de la mujer.

El corsé define la cintura y realza los atributos de la mujer dando forma al pecho y redondeando las caderas.

Foto: La Prensa

Maya Hansen