Los riesgos de adelantar el parto

Los recién nacidos pueden llegar a tener problemas respiratorios, dificultad para comer y problemas de parálisis cerebral

  • 29 sep 2015

Redacción. Soportar las últimas semanas del embarazo puede ser un reto físico y emocional para algunas mujeres, pero adelantar el parto de manera deliberada para evitar los 'achaques' propios del momento no es lo más recomendable.

En estos casos suele aumentar la posibilidad de que tanto el bebé como la madre enfrenten alguna complicación. Se considera que el embarazo completamente a término es el que llega a las 40 semanas, contadas desde la última menstruación.

A partir de las 37 semanas y hasta la 38 y 6 días, se establece que el embarazo es a término, pero aún en fase temprana.

'Las tasas de morbilidad y mortalidad han aumentado entre las madres y los niños nacidos durante el período temprano del término, comparado con la de los bebés nacidos a las 39 semanas o más de embarazo.

'Es preciso concienciar más sobre los riesgos vinculados a esto', señala Jani Jensen, médico obstetra y autora principal de un estudio en México donde se hizo la comparación.

Los mayores riesgos que enfrentan los recién nacidos son problemas respiratorios, dificultad para comer y problemas de, por ejemplo, parálisis cerebral, aunque el riesgo general sea bajo.

Y es que optar por el nacimiento del bebé en la fase temprana del término requiere inducir el parto en la madre, lo que implica administrarle medicamentos o realizar un procedimiento para ayudar a que empiece el trabajo de parto.

Eso puede derivar en un trabajo de parto prolongado que amerite el uso de instrumentos como fórceps o succión, y puede ocasionar infección o hemorragia.

Además, existe mayor riesgo de necesitar una cesárea, lo que a su vez conlleva más complicaciones quirúrgicas para la madre.

Jensen considera que existe una gran necesidad de concienciar más a las pacientes y mejorar el entendimiento público sobre el embarazo a término y cuándo es seguro que nazca un bebé.

En Estados Unidos, algunos hospitales han tomado medidas para reducir las tasas de partos optativos durante la fase temprana del término, como por ejemplo, la implementación de una política que prohíbe a los médicos programar sin justificación médica una inducción optativa antes de las 39 semanas de embarazo.