Los celos son una expresión natural en el ser humano y los niños lo manifiestan, sobre todo, cuando llega a su hogar otro hermano.
Los celos son un estado afectivo que en los niños se caracteriza por el miedo a perder o a ver reducido el cariño de sus padres, fundamentalmente de la madre, debido al nacimiento de un nuevo hermano al que va a tener que dedicar mucho tiempo durante los primeros meses de su vida.
Algunos expertos opinan que los celos forman parte de una etapa normal y necesaria en el desarrollo evolutivo, que ayuda a los niños a madurar.
Por celos el niño manifiesta dolores de cabeza, estómago o de piernas, que pueden ser fingidos o no. Hay que poner atención.
Según el sitio guiainfantil.com, los padres deben preparar a los niños para la llegada del bebé, fomentando sobre todo su autoestima y haciéndole partícipe de todo lo relacionado con la llegada del nuevo miembro. Los padres deben actuar con cariño, pero con firmeza y sin perder de vista sus criterios educativos.
Consejos:
No cambie
Si durante esa etapa de celos, los padres siguen dedicando el mismo tiempo a su hijo mayor, y ofreciéndole
el mismo cariño y afecto que le demostraban antes de nacer el bebé, esos sentimientos desaparecerán.
Mente
Es recomendable que unos meses antes de que nazca el pequeño abone el terreno y prepare a los hermanos mayores para la llegada del bebé.
Anticipe
Si va a cambiar de cuarto al mayor, hágalo antes del nacimiento. Si no, sentirá que es desplazado.
Rutina
Cuando se aproxime el parto, no debe cambiar las rutinas diarias del niño (hora de comer, aseo y dormir).
Esfuércese
Siga pasando tiempo de calidad con sus otros hijos. Explique que con el bebé la rutina cambia.
Evite cambios drásticos
No es bueno juntar la crisis de la llegada de un bebé con otras situaciones que pueden ser fuertes como el ingreso en la escuela o cambio de domicilio.
Lo positivo de esto es que cuando el hijo mayor se compara con su hermanito, decide ‘ser mejor’ que él y se empeña en aprender.