La fuerza tonal es la carta de presentación en la propuesta de interiores de este departamento, y su esencia estilística está inspirada en los años setenta, época en la que fue construido el edificio donde se encuentra.
MOOD Interiorismo, firma a cargo del proyecto, quiso retomar algunos referentes de la época para darle una esencia y espíritu retro al lugar.
En ese objetivo, el uso del color fue el principal aliado. “Lo que buscamos es que todo siempre fuera armónico, así como tener dentro de una paleta de colores y materiales, texturas, una composición homogénea para toda la obra”, señaló Tadeo López.
“Así, en toda la propuesta se utilizó un contraste de color entre contrarios; es decir, siempre hay un complementario con los colores para que fuera armónico dentro de cada estancia, pero dando lugar también a cierto imán y dramatismo visual”.
Se eligieron dos básicos: coral y esmeralda, y, a partir de estos, despuntaron algunos degradados y tonalidades alternas.
En palabras Tadeo, el gesto más importante a partir de los matices elegidos fue aprovechar la iluminación y la luz generada en las habitaciones, pues encontraron que, en algunos de los muros del departamento a diferentes horas del día, había baños de luz que generan mayor calidez y confort.
“En espacios donde había alguna carencia de luz usamos materiales más claros para tener una mayor capacidad de reflexión y luminosidad, y también para contrastar con paredes oscuras que generan cambios de color y contraste”, describió el diseñador de interiores.
MOOD Interiorismo, firma a cargo del proyecto, quiso retomar algunos referentes de la época para darle una esencia y espíritu retro al lugar.
En ese objetivo, el uso del color fue el principal aliado. “Lo que buscamos es que todo siempre fuera armónico, así como tener dentro de una paleta de colores y materiales, texturas, una composición homogénea para toda la obra”, señaló Tadeo López.
“Así, en toda la propuesta se utilizó un contraste de color entre contrarios; es decir, siempre hay un complementario con los colores para que fuera armónico dentro de cada estancia, pero dando lugar también a cierto imán y dramatismo visual”.
Se eligieron dos básicos: coral y esmeralda, y, a partir de estos, despuntaron algunos degradados y tonalidades alternas.
En palabras Tadeo, el gesto más importante a partir de los matices elegidos fue aprovechar la iluminación y la luz generada en las habitaciones, pues encontraron que, en algunos de los muros del departamento a diferentes horas del día, había baños de luz que generan mayor calidez y confort.
“En espacios donde había alguna carencia de luz usamos materiales más claros para tener una mayor capacidad de reflexión y luminosidad, y también para contrastar con paredes oscuras que generan cambios de color y contraste”, describió el diseñador de interiores.
| Los espejos le dan mayor profundidad al departamento.
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| Luminarias de latón penden del techo y dan notoriedad a las estancias.
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| . El contraste de texturas nutre el diseño del lugar.
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