¿Existe la compatibilidad sexual?

Más allá de la química, la pareja debe atravesar por un proceso de adaptación, en el que la comunicación es fundamental.

  • 02 jun 2015

Redacción. ¿Existe la compatibilidad o incompatibilidad sexual o es más bien una cuestión de adaptación, aprendizaje y comunicación?

Hay parejas que desde los primeros momentos experimentan una intensa química y que esa misma sensación se repite en el plano sexual. Parece que todo fluyera naturalmente, que cada contacto produjera una explosión de emociones y sensaciones, que los ritmos de ambas personas fueran totalmente afines, sus preferencias similares y que manejaran los mismos códigos de comunicación.

Cuando esto se da es altamente disfrutable y satisfactorio; sin embargo, no es lo que sucede en el común de las relaciones. Para otros, la atracción inicial es fenomenal, pero al momento de tener mayor contacto físico la cosa empieza a complicarse.

Sin irnos a los extremos, podríamos decir que la gran mayoría de las veces es necesario pasar por un proceso de conocimiento y adaptación al estilo, preferencias y expresiones del otro e ir generando una nueva manera de relacionarse, que es única de esas dos personas.

A lo largo de la vida, cada quien va creando su propio mapa amoroso. A partir de las experiencias y la historia individual, hay zonas que se vuelven más sensibles que otras y estímulos que surten mayor efecto y cobran significados especiales. Además de que, hay que decirlo, con frecuencia tenemos conceptos distintos de la sexualidad. Por eso es necesario ir descifrando el mapa particular de la persona que tenemos en frente, en lugar de partir de supuestos y asumir que aquello que nos gusta a nosotros forzosamente le tendrá que gustar al otro también.

Por lo general, las cosas no funcionan de maravilla a la primera y eso no significa que las personas sean sexualmente incompatibles y sea preferible desistir antes de enfrentarse a una larga vida de relaciones sexuales poco satisfactorias. Significa más bien, que existe la posibilidad de reinventar, abrirse a escuchar y ser creativo.

En ese proceso, lo ideal es que ambos conozcan las preferencias y necesidades de su compañero(a). Pero la verdad es que muchas veces alguno de los dos, o los dos, llegan a la relación suponiendo que su estilo personal es el 'normal' y el adecuado, y que si la pareja no responde como él o ella espera es porque tiene algún problema que tiene que cambiar. '¿Por qué habría de cambiar yo si hasta ahora esto que hago me ha funcionado muy bien con las personas con las que he estado?', se dicen muchos.

La cuestión es que si uno se adapta completamente a las necesidades de la pareja, seguramente se sentirá frustrado en muchos sentidos. Y si ambos se ponen en el mismo plan y esperan que sea la pareja quien se adapte a ellos, seguramente las relaciones sexuales se transformarán más en un campo de batalla que en un encuentro amoroso, dejando una fuerte sensación de frustración en ambos.

¿Qué hacer entonces?

Primero que nada plantearse qué es lo que se quiere lograr, y si los dos están de acuerdo en que quieren buscar maneras más satisfactorias de relacionarse en la intimidad, un gran paso ya estará dado. Partiendo de esa base es posible entonces crear un ambiente de confianza, en el que será más fácil decir lo que se piensa sin herir al otro ni sentirse juzgado. Otro punto importante es no esperar resultados a la primera. Es decir, hay que tener paciencia y mantener el espíritu de apertura y disposición a la mejora y el cambio.

Qué decir y cómo decirlo puede ser un tema delicado. Partir de un cuestionamiento personal -como plantea el sexólogo Alain Stevez- puede ser una buena opción, incluso para las parejas que llevan mucho tiempo juntas y desean mejorar su vida sexual. Podrían preguntarse cada uno por separado qué siente que lo inhibe personalmente y qué siente que inhibe a su pareja; qué le agrada especialmente durante los encuentros con su pareja, algo que lo haga sentir especialmente pleno en ese momento y a qué lo atribuye, así como también preguntarse qué es aquello que no le parece tan agradable y qué sugerencias de cambio propone.

Entonces sí, teniendo estos temas claros de manera personal y en el ambiente y momento propicios, podrían sentarse juntos a comentarlos. Seguramente, si ambos están en la misma sintonía, les dará buenos resultados y aquellos aspectos en los que parecían incompatibles podrían transformarse.

Para hablar claro
*Generar un ambiente de confianza, afecto y respeto hace más fácil expresar y escuchar aquello que no es tan agradable y que se desearía cambiar en los encuentros sexuales sin sentirse criticado.

*Es importante también mencionar aquello que va bien y tratar de mantenerlo.


**La autora es psicóloga experta en sexualidad. Comentarios: vihiri@terra.com.mx