Cómo evitar una infección urinaria

Las mujeres contraen con frecuencia infecciones de la vejiga después de una relación sexual, probablemente porque la uretra ha sufrido contusiones durante la misma.

San Pedro Sula, Honduras

La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones. Las infecciones de las vías urinarias más habituales son las producidas por bacterias, aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos.

De muchas de ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino. Infección de orina o del tracto urinario son expresiones que engloban diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un microorganismo o germen) y que afectan a cualquier parte del sistema urinario (riñón, uréteres, vejiga urinaria o uretra) publica DMedicina.

Personas que la padecen

Cualquier anormalidad que provoque una obstrucción del flujo de orina (piedras en el riñón, estructuras anómalas...) puede inducir a una infección urinaria. Una próstata dilatada también puede frenar el flujo de orina, por lo que incrementa el riesgo de infección. Las personas sometidas a exámenes mediante tubos o catéteres o que necesitan sondas pueden desarrollar más fácilmente infecciones procedentes de dichos instrumentos.

Los mayores se ven afectados por este tipo de infecciones con mayor frecuencia, así como las que sufren una disminución del sistema nervioso, que les impide controlar la vejiga a voluntad. Por otra parte, cualquier desorden que produzca una supresión en el sistema inmune incrementa el riesgo de sufrir una infección urinaria, ya que este sistema es el encargado de mantener a raya los microorganismos patógenos responsables de las infecciones. También se dan en bebés nacidos con alguna deformación del tracto urinario, que a menudo han de ser corregidos mediante cirugía.



La causa más frecuente en los varones, de infecciones a repetición, es una infección bacteriana persistente en la próstata. Las mujeres contraen con frecuencia infecciones de la vejiga después de una relación sexual, probablemente porque la uretra ha sufrido contusiones durante la misma. En casos muy particulares, las infecciones repetidas de la vejiga en las mujeres son originadas por una conexión anómala entre ésta y la vagina.

Los síntomas

Necesidad urgente y frecuente de orinar.
Picazón o quemazón en la uretra al orinar.
Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal (en las mujeres).
Dolor al orinar y en las relaciones sexuales.
Color turbio, lechoso (espeso) o anormal de la orina.
Aparición de sangre en la orina.
Fiebre y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha alcanzado los riñones).
Vómitos y náuseas.
Dolor en el costado o espalda (indica infección en los riñones).
A menudo, las mujeres sienten una ligera presión por encima del hueso púbico.

Estar más irritable de lo normal. Los síntomas infantiles, por su parte, pueden confundirse con otros trastornos; además, se encuentran ante la dificultad de no saber expresar qué les pasa. No obstante, si un niño presenta una infección urinaria puede manifestar los siguientes indicios:

- Estar más irritable de lo normal.
- No comer como lo hace normalmente.
- Tener fiebre sin motivo aparente que además no acaba de desaparecer.
- No poder aguantarse la orina.
- Sufrir alteraciones en su desarrollo.
- Estar más irritable de lo normal.
No comer como lo hace normalmente.
Tener fiebre sin motivo aparente que además no acaba de desaparecer.
No poder aguantarse la orina.
Sufrir alteraciones en su desarrollo.

Para prevenir esta infección tan molesta:

1. Hay que beber abundante agua. Beber entre 1,5 y 2 litros de líquido ayuda a eliminar de forma rápida las bacterias del aparato urinario.

2. Para el aseo íntimo diario se usarán jabones neutros. La higiene será cuidadosa y no se abusará de los jabones que contengan perfumes. Mejor utilizar productos adecuados para esa zona tan sensible.

3. Ir al servicio después de mantener relaciones sexuales. El acto sexual incrementa de manera notable la posibilidad de contraer una infección y de que ciertos microorganismos queden alojados en la uretra. Por ese motivo es importante orinar tras las relaciones sexuales.

4. Procurar orinar con frecuencia. Cuanto más tiempo pasa la orina en la vejiga, mayor es el crecimiento de las bacterias. La manera de eliminar estas bacterias es orinando, por lo que es aconsejable ir al servicio siempre que se tengan ganas, aunque sean pocas, y no aguantarse demasiado.

5. No permanecer mucho tiempo con el bañador húmedo. En la época estival se acude más a las playas y a las piscinas, por eso es la época más propicia para la cistitis. La humedad del traje de baño, o el cambio de temperatura que hay entre el agua y el exterior producen con frecuencia enfriamientos bruscos en el vientre y la zona vaginal.

6. Evitar las ropas ceñidas y utilizar ropa interior de algodón. La ropa demasiado estrecha o la ropa interior sintética favorecen la transpiración, y por tanto, la proliferación de microbios.

7. Ducha mejor que baño. La mejor opción para la higiene diaria es la ducha, antes que el baño, ya que el agua de la ducha al correr, evita la acumulación de bacterias que sí se pueden encontrar en una bañera.

8. Si se tiene tendencia a contraer cistitis, es conveniente el consumo de arándanos rojos. El arándano tiene propiedades antibacterianas. Se puede consumir directamente la fruta o en forma de zumo. También se pueden tomar en forma de suplementos. Muy importante consultar antes con el médico o el farmacéutico.

9. Cuidado con el uso de tampones si tienes cistitis frecuentes. Los tampones no son aconsejables si la infección aparece antes de la regla, ya que pueden favorecer la humedad, impedir la correcta eliminación de bacterias y favorecer el crecimiento de éstas.

10. Evitar el estreñimiento. El estreñimiento representa un factor de riesgo de la cistitis. Tampoco se deben posponer las defecaciones, ya que la concentración de heces a nivel del recto favorece la proliferación de microbios.