¿Te sientes la 'Grinch” de la familia?

¡No eres la única! Para ayudarte, en Amiga te daremos hoy buenas razones para recuperar el espíritu navideño.

Redacción. ¿Piensas que estas fechas son solo un delirio consumista, que las luces y adornos que engalanan todas las casas, comercios y calles suponen una invasión de dudoso gusto o que los villancicos y las múltiples celebraciones solo te depararán dolor de cabeza? ¡Te damos algunas claves para recuperar el espíritu navideño que, seguramente, llevas dentro aunque no quieras reconocerlo!

Cada año, hay muchas personas que se muestran como mínimo escépticas y, a menudo, directamente contrariadas por el ambiente festivo que comienza a despertarse a comienzos de noviembre y que llega a su eclosión en los últimos días de diciembre y durante la primera semana del nuevo año que está despuntando.

“No hay razones sensatas para tanto derroche de energía, festejos, dinero, regalos y comida como el que ocurre durante las fiestas, ni tampoco argumentos válidos que justifiquen tamaño exceso”, afirman los detractores de los brindis y las celebraciones.

Pero según los psicólogos, existen muchos motivos, además de la paga extraordinaria que recibimos, las cestas navideñas que nos regala la empresa y las invitaciones a cenar que nos llegan, para “pasárselo bien” durante estas semanas alocadas y volátiles.

Si lo piensas atentamente encontrarás muchas buenas razones para sentirte feliz en estas tan señaladas, porque:

Te reencuentras con tu familia.

Es uno de los pocos momentos del año en que coinciden todos los parientes, incluso los que viven más lejos. Es una oportunidad única para dedicar las sobremesas a las tertulias familiares, porque suelen resultar enriquecedoras y saludables emocionalmente. Incluso a aquellas personas que acaban de perder a un ser querido, les puede beneficiar el dejar un espacio para otras emociones además del dolor, y asumir que disfrutar con los amigos y familiares no significa “traicionar” la memoria de la persona que ya no está.

Puede “tocarte” la Lotería.

Aunque finalmente no ganes nada, puedes pasar unos momentos inolvidables con tus allegados, planeando lo que vas a hacer con el premio “Gordo” que te dispones a cobrar. Cuando jugamos a la Lotería no lo hacemos solo por el dinero o hacernos ricos, sino también para compartir sueños e ilusiones con quienes nos rodean. Estas dulces esperanzas compartidas aumentan la sociabilidad y nos acercan a los demás. ¡Son fechas en que los sueños pueden hacerse realidad y los milagros ocurrir”, gracias a ese billete que llevamos en el bolsillo o descansa en nuestra mesilla.

Le alegras la vida a los más pequeños.

Los niños ¡y no los Reyes Magos o San Nicolás!, son los auténticos soberanos de estas fiestas. ¿Hay algo comparable a ver su cara de enorme felicidad cuando corren ansiosos rumbo al arbolito de Navidad para abrir sus regalos?”

… las tradiciones fortalecen los lazos afectivos.

Las fiestas son una buena ocasión para hacer las pases con aquellas personas de las que te has distanciado o con la que no te hablas desde hace tiempo, sin razones de peso. Pero además de recuperar las relaciones, las Navidades pueden fortalecerlas, ya que algo tan sencillo como montar el arbolito de Navidad o el nacimiento, en pareja, une más a quienes se comparten una vida.

El ritual navideño de decorar la casa estrecha los vínculos amorosos y reafirma la conexión e intimidad, según algunos psicólogos.