7 acciones diarias que debilitan una relación

Hombres y mujeres quieren que sus matrimonios sean una prolongación de su noviazgo, solo se logra venciendo la rutina

  • 06 mar 2015

Redacción.

Decidir unir tu vida a la de otra persona para formar un hogar y una familia puede resultar un tema encantador que a la larga puede llegar a perder su magia. No es cuestión de que una pareja jamás tenga desavenencias; es más, nos atrevemos a decir que sin esos inconvenientes un matrimonio resultaría aburridísimo y monótono, ya que son las situaciones difíciles las que ayudan a fortalecer una relación matrimonial y lo van haciendo un paraíso con el paso de los años; pero todo debe tener un límite.

El amor no es un acto masoquista, amar no significa “morir de amor”, dice el sicólogo y escritor Walter Riso. Sin embargo, un gran número de personas en el mundo creen que esto no es posible, pues piensan que con cada relación amorosa el sufrimiento y el martirio vienen aparejados.

Nada más falso que eso, porque en el amor sano, aquel que se basa en la comunicación, complicidad, amistad, confianza, respeto y erotismo, el dolor y la incertidumbre siempre recibirán un portazo en la cara.

Porque el amor no es una trampa mortal como muchos creen, no es un motivo de angustia y agonía, al contrario, “amar es vivir más y mejor”, dice el académico y sicoterapeuta Walter Riso.

El amor no se acaba, sino que cambia y se renueva. “Me gusta esa idea, ya que los seres humanos somos criaturas variables y podemos adaptarnos con facilidad a nuevas situaciones, ¡ojo! Eso puede jugar a favor como en contra, o bien una de las partes de la pareja puede cansarse de las mismas conductas y actitudes o, en cambio, se acostumbra tanto a lo mismo que cambiar le resulta inconcebible”.

“Lo que voy a exponer a continuación puede ser que ni te sorprenda. Lo que pretendo es que notes que si estás pasando por una de esas situaciones pongas manos en acción y salgas de tu zona de confort con el fin de darle “vida” a tu relación y le des de baja a las acciones que pueden estar acabando lenta y paulatinamente con tu unión”, dice la sicóloga Erika Otero Romero.

“Como puedes leer, las actitudes o las acciones que debilitan una relación son simples actos que se pueden llegar a pasar por alto si tú y tu pareja no están atentos a cada paso que se da en el camino de construir una relación estable.

Las acciones que debilitan tu relación puedes evitarlas o erradicarlas con pura voluntad y al estar atento a cada paso que des, lo que sería igual a amar de manera consciente a tu pareja”, comentó Otero para el sitio familias.com

Tú sabes bien que las anteriores no son las únicas acciones o actitudes que puedes llevar a cabo para dañar tu matrimonio.

Cada relación tiene sus propios vicios o cualidades, tu tarea es cambiar cada día para mejorar y hacer que tu matrimonio sea algo digno de ejemplo a tus hijos y demás familiares y amigos.

Las acciones que debilitan un matrimonio

La rutina en ocasiones nos orilla a cometer errores involuntarios con la pareja, provocando desgaste y hasta rencores. La sicóloga Erika Otero Romero detalla las acciones que deben evitar las parejas.

1. No apreciar los pequeños detalles y el tiempo que se dedica a la relación. No hay algo que maté más el afecto que una persona que el no ser agradecida.

2. La crítica constante. Esta no edifica, al contrario, destruye poco a poco el interés por la pareja.

3. Corregir constantemente a tu pareja. Esa actitud no solo es desagradable sino que no genera ningún tipo de motivación para volver a tener interés por el cónyugue.

4. Las discusiones sin parar por pequeñeces. Estas apagan poco a poco la chispa del amor en la relación y terminan por cansar a la pareja

5. Los celos sin motivos. ¿Quién no ha pasado por esta situación tan amarga? Si es así, debes saber bien lo desgastador que los celos pueden llegar a ser.

6. Que no se respeten los gustos de la otra persona. Es cierto que es un matrimonio pero no por eso tu compañero debe ser un fiel calco tuyo.

7. Que se den por hechas las cosas. Ni tú ni tu pareja son videntes (psíquicos) como para saber lo que el otro piensa o quiere; la comunicación es importante.