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Papa contra las mentiras e injusticias que generan heridas en el mundo

  • 31 diciembre 2017 /

El Vaticano

El papa Francisco condenó ayer duramente las guerras, fruto de un “orgullo reincidente y absurdo”, y todas las ofensas a la vida que causan “degradación humana, social y ambiental”, en su última homilía del año en el Vaticano.

“Las guerras son el signo flagrante de este orgullo reincidente y absurdo. Pero también lo son todas las pequeñas y grandes ofensas a la vida, a la verdad, a la fraternidad, que causan múltiples formas de degradación humana, social y ambiental”, dijo el papa Francisco ante miles de fieles que asistieron a la misa.

“Ángelus”
El Papa, ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, dijo ayer que la misión de los padres es “crear las condiciones favorables para el crecimiento armónico y pleno de los hijos, con el fin de que puedan vivir una vida digna de Dios y constructiva para el mundo”.

El pontífice argentino se expresó en estos términos durante la homilía que pronunció con motivo de la celebración de las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, un acto solemne en el que se entonó el “Te Deum”, canto del tradicional himno de agradecimiento por la conclusión del año.

En la basílica de San Pedro del Vaticano, el papa rechazó las “obras de muerte, mentiras e injusticias” que generan heridas en el mundo y subrayó que el ser humano debe asumir la responsabilidad que tiene en todas ellas.

Elogios

En esta ceremonia de agradecimiento por el fin del 2017, Jorge Bergoglio también tuvo palabras de elogio especialmente hacia aquellas personas que “viven con el corazón abierto” y que favorecen la convivencia con “pequeños pero preciosos gestos concretos” que realizan en su vida diaria.

Estos “artesanos del bien común”, como los llamó Bergoglio, “aman su ciudad no con palabras sino con hechos” y “ayudan silenciosamente al bien común”, sin discursos, sino “con un estilo de educación cívica”.

Son, por ejemplo, aquellos que cumplen “lo mejor posible su deber”, conducen “con sabiduría y prudencia, respetan los lugares públicos, señalan cosas que no funcionan y prestan atención a las personas mayores o en dificultad”.

Mención especial dedicó a “los padres, maestros y todos los educadores” que forman “a los niños y jóvenes en un sentido cívico, en una ética de responsabilidad”, y les inculcan interés por “la realidad que los rodea”.

Entre todas estas personas, prosiguió Francisco, hay muchas que “en condiciones de dificultades económicas”, pero que, en vez de llorar o albergar “resentimientos y rencores”, “se esfuerzan por contribuir cada día a mejorar un poco las cosas”.

La agenda del papa Francisco continúa hoy, cuando presidirá su primera misa del 2018, el mismo día en el que Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de la Paz, esta vez dedicada a los inmigrantes y refugiados.