Santa Cruz de Yojoa, Honduras.
Cuando el taxista Carlos Alberto Maldonado invitó a Olga Yolany Vásquez a comer un pescado frito a orillas del lago de Yojoa, la bella muchacha no adivinó las intenciones criminales que su acompañante tenía para ella.
Llegaron con otra pareja en una camioneta Ford azul propiedad de Olga Yolany a uno de los negocios desde donde se contempla el esplendor del paisaje que la naturaleza regala a los parroquianos del lugar.
Rieron y conversaron alegremente mientras disfrutaban del plato típico, para luego emprender el viaje de regreso a Santa Bárbara por el lado de Pito Solo.
Ni siquiera la piocha y una pala que el taxista había metido en la camioneta antes de viajar al lago despertaron la menor sospecha de la joven sobre el plan macabro de Maldonado, quien la había impresionado desde que lo conoció con su halagadora plática.
La relación entre ambos comenzó en enero anterior cuando ella abordó el taxi de Maldonado en Santa Rosa de Copán, y entre plática y plática, le contó que tenía en venta su camioneta del año 2001. “Yo tengo el cliente”, fue la respuesta del taxista, acostumbrado a las transacciones rápidas.
Desaparecida
El sábado 7 de marzo se presentó a la Policía de Santa Rosa Copán, Irma Leticia Vásquez, hermana de Olga Yolany, a denunciar que esta se encontraba desaparecida desde de enero.
La última vez que estuvieron juntas, Irma Leticia la dejó en la terminal de taxis porque iba a negociar su camioneta con Maldonado.
Después, se regresó a la aldea de San Agustín, de donde habían llegado las dos hermanas.
Inmediatamente, se conformó un equipo de investigación dirigido por la Unidad Departamental número cuatro que comanda el subcomisionado Alberto José Alfaro, y a la pocas horas ya se tenía ubicado el taxi número 262 de Maldonado, aunque este ya no lo conducía desde hacía un mes.
Las investigaciones indicaron que la muchacha estuvo viviendo cinco días en la casa del taxista en Santa Rosa de Copán, por lo que no se descarta una relación sentimental entre ambos, dijo el subcomisario Alexis Reyes, quien dirigió el operativo.
“Ese mismo sábado ya sabíamos qué había pasado con la muchacha, pero faltaba detener a Maldonado, el que se había ido a vivir a Tegucigalpa con otra chica que era su nueva novia”, manifestó.
Se trataba de una estudiante universitaria a quien un familiar le había dejado tres cuentas bancarias.
Mientras tanto, Maldonado había inventado la historia de que Olga Yolany se había ido para Estados Unidos, dejándole empeñada la camioneta por 35 mil lempiras.
Para demostrarlo falsificó varios pagarés con la firma de la muchacha, a quien ya había sepultado en una montaña de la comunidad de Las Crucitas, municipio de Zacapa.
Gracias a un testigo protegido, los investigadores dieron con el lugar donde solamente encontraron la cabellera, pedazos de vestimenta y pocos huesos de la víctima. Como no fue bien enterrado el cuerpo, los animales lo devoraron.
El crimen
Cuando las dos parejas regresaban del lago, Maldonado tomó un desvío de tierra hacia una montaña con el pretexto de que iría a regalarle la piocha y la pala a un amigo.
Se bajaron en un punto y continuaron a pie. Solo una persona se quedó en el carro.
Al momento que iban subiendo el cerro, el taxista se adelantó, sacó una pistola y disparó contra la muchacha, a la que hirió en un dedo de la mano derecha.
“¡Ya me fregaste!”, se quejó ella, e inmediatamente su agresor le hizo otros tres tiros: uno en la cara y dos en el abdomen.
Sus acompañantes le ayudaron a abrir la sepultura con las herramientas que quedaron abandonadas en el lugar.
Ahora son parte de las pruebas presenta
das por la Policía contra el supuesto criminal, quien fue capturado en un hotel de Santa Rosa de Copán.
Con el ardid de una llamada falsa ofreciéndole un negocio, la Policía lo hizo que volviera de Tegucigalpa.
Allá vivía en un apartamento amueblado con la estudiante universitaria que, según la Policía, sería su próxima víctima. Ahora está en una cárcel de máxima seguridad.
Cuando el taxista Carlos Alberto Maldonado invitó a Olga Yolany Vásquez a comer un pescado frito a orillas del lago de Yojoa, la bella muchacha no adivinó las intenciones criminales que su acompañante tenía para ella.
Llegaron con otra pareja en una camioneta Ford azul propiedad de Olga Yolany a uno de los negocios desde donde se contempla el esplendor del paisaje que la naturaleza regala a los parroquianos del lugar.
Rieron y conversaron alegremente mientras disfrutaban del plato típico, para luego emprender el viaje de regreso a Santa Bárbara por el lado de Pito Solo.
Ni siquiera la piocha y una pala que el taxista había metido en la camioneta antes de viajar al lago despertaron la menor sospecha de la joven sobre el plan macabro de Maldonado, quien la había impresionado desde que lo conoció con su halagadora plática.
La relación entre ambos comenzó en enero anterior cuando ella abordó el taxi de Maldonado en Santa Rosa de Copán, y entre plática y plática, le contó que tenía en venta su camioneta del año 2001. “Yo tengo el cliente”, fue la respuesta del taxista, acostumbrado a las transacciones rápidas.
Desaparecida
El sábado 7 de marzo se presentó a la Policía de Santa Rosa Copán, Irma Leticia Vásquez, hermana de Olga Yolany, a denunciar que esta se encontraba desaparecida desde de enero.
La última vez que estuvieron juntas, Irma Leticia la dejó en la terminal de taxis porque iba a negociar su camioneta con Maldonado.
Después, se regresó a la aldea de San Agustín, de donde habían llegado las dos hermanas.
Inmediatamente, se conformó un equipo de investigación dirigido por la Unidad Departamental número cuatro que comanda el subcomisionado Alberto José Alfaro, y a la pocas horas ya se tenía ubicado el taxi número 262 de Maldonado, aunque este ya no lo conducía desde hacía un mes.
Las investigaciones indicaron que la muchacha estuvo viviendo cinco días en la casa del taxista en Santa Rosa de Copán, por lo que no se descarta una relación sentimental entre ambos, dijo el subcomisario Alexis Reyes, quien dirigió el operativo.
“Ese mismo sábado ya sabíamos qué había pasado con la muchacha, pero faltaba detener a Maldonado, el que se había ido a vivir a Tegucigalpa con otra chica que era su nueva novia”, manifestó.
Se trataba de una estudiante universitaria a quien un familiar le había dejado tres cuentas bancarias.
Mientras tanto, Maldonado había inventado la historia de que Olga Yolany se había ido para Estados Unidos, dejándole empeñada la camioneta por 35 mil lempiras.
Para demostrarlo falsificó varios pagarés con la firma de la muchacha, a quien ya había sepultado en una montaña de la comunidad de Las Crucitas, municipio de Zacapa.
Gracias a un testigo protegido, los investigadores dieron con el lugar donde solamente encontraron la cabellera, pedazos de vestimenta y pocos huesos de la víctima. Como no fue bien enterrado el cuerpo, los animales lo devoraron.
 Entre las hojas hallaron restos de la osamenta y cabellera de la chica.
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Cuando las dos parejas regresaban del lago, Maldonado tomó un desvío de tierra hacia una montaña con el pretexto de que iría a regalarle la piocha y la pala a un amigo.
Se bajaron en un punto y continuaron a pie. Solo una persona se quedó en el carro.
Al momento que iban subiendo el cerro, el taxista se adelantó, sacó una pistola y disparó contra la muchacha, a la que hirió en un dedo de la mano derecha.
“¡Ya me fregaste!”, se quejó ella, e inmediatamente su agresor le hizo otros tres tiros: uno en la cara y dos en el abdomen.
Sus acompañantes le ayudaron a abrir la sepultura con las herramientas que quedaron abandonadas en el lugar.
Ahora son parte de las pruebas presenta
das por la Policía contra el supuesto criminal, quien fue capturado en un hotel de Santa Rosa de Copán.
Con el ardid de una llamada falsa ofreciéndole un negocio, la Policía lo hizo que volviera de Tegucigalpa.
Allá vivía en un apartamento amueblado con la estudiante universitaria que, según la Policía, sería su próxima víctima. Ahora está en una cárcel de máxima seguridad.
Sobre el taxista
Similitud: El crimen contra la copaneca Olga Yolany Vásquez tiene ribetes como los del caso de la Miss Honduras Mundo, María José Alvarado, y su hermana, Sofía. Las tres fueron enterradas en una montaña por el lado de Pito Solo, Santa Bárbara.
Perfil: Al supuesto hechor, Carlos Alberto Maldonado (26), se le vincula con el crimen de al menos 15 personas. Es un tipo habilidoso que sabe conquistar a las mujeres, según la Policía. También es bueno para inventar historias.
 Al supuesto hechor Carlos Alberto Maldonado (28) se le vincula con varios crímenes.
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