La Ceiba, Honduras.
Como tesoros ocultos aún sin descubrir, algunos paraísos hondureños poseen riquezas naturales esperando ser exploradas. Estos lugares ofrecen una alternativa a lo que normalmente buscan los turistas. Están detrás de un desvío, muchas veces a pocos minutos de una carretera principal.
La Red de Comunidades Turísticas de Honduras (Recoturh) trabaja directamente con los habitantes de comunidades rurales para apoyarlos en el desarrollo del potencial turístico de su entorno.
Icauri Ramos, técnico en turismo de la institución, informó que gestionan fondos, dan capacitaciones y ayudan a mercadear las zonas para que los hondureños conozcan estos destinos poco convencionales, pero llenos de aventuras, escenarios espectaculares y precios accesibles.
Para conocer
En el departamento de Colón está Río Coco, una aldea de unos mil habitantes con la tranquilidad que solo se obtiene con la brisa del mar y el canto de los pájaros.
Olga Marina Linder Velásquez es la presidenta del comité que maneja las cabañas Los Mazapanes, donde se puede alquilar una choza por 500 lempiras el día y hospedarse con toda su familia.
En el paraje hay un restaurante y lo mejor es que hay acceso al mar y al río, donde los visitantes pueden disfrutar de cálidas pozas. Como la mayoría de los habitantes se dedican a la pesca, es posible disfrutar de un paseo en cayuco.
En el municipio de La Masica, Atlántida, está la comunidad de La Cumbre, donde se mezclan el misterio de los bosques y la diversión de un ambiente familiar.
Aquí se halla el balneario Las Tecas, a solo un kilómetro y medio de la carretera principal. Se pueden rentar cabañas por 380 lempiras durante 24 horas. En estas se pueden hospedar hasta cinco personas y disfrutar de las frescas pozas del río Cuero.
Si busca disminuir la tensión de la rutina diaria, su mejor opción serían las piscinas de aguas termales en Aguas Calientes, La Masica.
El balneario Aguas Termales ofrece dos piscinas de agua natural caliente y helada por 40 a 50 lempiras por persona.
Como tesoros ocultos aún sin descubrir, algunos paraísos hondureños poseen riquezas naturales esperando ser exploradas. Estos lugares ofrecen una alternativa a lo que normalmente buscan los turistas. Están detrás de un desvío, muchas veces a pocos minutos de una carretera principal.
La Red de Comunidades Turísticas de Honduras (Recoturh) trabaja directamente con los habitantes de comunidades rurales para apoyarlos en el desarrollo del potencial turístico de su entorno.
Icauri Ramos, técnico en turismo de la institución, informó que gestionan fondos, dan capacitaciones y ayudan a mercadear las zonas para que los hondureños conozcan estos destinos poco convencionales, pero llenos de aventuras, escenarios espectaculares y precios accesibles.
 Para obtener información sobre cómo reservar un paquete a uno de estos destinos rurales debe llamar a la Recoturh al teléfono: 9489-6058.
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En el departamento de Colón está Río Coco, una aldea de unos mil habitantes con la tranquilidad que solo se obtiene con la brisa del mar y el canto de los pájaros.
Olga Marina Linder Velásquez es la presidenta del comité que maneja las cabañas Los Mazapanes, donde se puede alquilar una choza por 500 lempiras el día y hospedarse con toda su familia.
En el paraje hay un restaurante y lo mejor es que hay acceso al mar y al río, donde los visitantes pueden disfrutar de cálidas pozas. Como la mayoría de los habitantes se dedican a la pesca, es posible disfrutar de un paseo en cayuco.
En el municipio de La Masica, Atlántida, está la comunidad de La Cumbre, donde se mezclan el misterio de los bosques y la diversión de un ambiente familiar.
Aquí se halla el balneario Las Tecas, a solo un kilómetro y medio de la carretera principal. Se pueden rentar cabañas por 380 lempiras durante 24 horas. En estas se pueden hospedar hasta cinco personas y disfrutar de las frescas pozas del río Cuero.
Si busca disminuir la tensión de la rutina diaria, su mejor opción serían las piscinas de aguas termales en Aguas Calientes, La Masica.
El balneario Aguas Termales ofrece dos piscinas de agua natural caliente y helada por 40 a 50 lempiras por persona.
 Los precios oscilan entre 380 y 500 lempiras para grupos de cuatro personas.
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