En la parte más cultural de la ciudad de Trujillo, en el departamento de Colón, un ambiente alpino contrasta con las orillas de su popular bahía en el Caribe de Honduras.
El turismo está trayendo ideas más frescas e innovadoras a esta ciudad, y son los locales los que están haciendo que su tierra se vea distinta, sin descuidar sus raíces ancestrales.
En la desembocadura del río Cristales, en el mar Caribe, está Coco Pando, la parte más cultural y pública que los garífunas han sabido conservar, pues la mayoría de la franja costera está privatizada.
Un pequeño pedazo de costa, recuperado de ese feroz acoso de extranjeros y foráneos por apropiarse de sus playas, está siendo transformado por una familia garífuna, en un pequeño paraje alpino al oeste del Centro Histórico de Trujillo.
“Este proyecto nace como una expectativa de negocio para el turismo de Trujillo, estamos implementando unas cabañas alpinas, para recibir al turista que nos visiten a la ciudad”, explicó Fernando Batiz, quien junto a un hermano suyo están transformando este sitio concurrido por habitantes del barrio Cristales.
Cabañas en un mágico lugar de Trujillo
Son unas seis cabañas completaran en el mediano plazo, este proyecto familiar, que ya logrado construir dos, “también tenemos una cabaña típica de yagua, propia de los garífunas. Mucha gente ya ha venido y ha hecho uso de las que tenemos”, indicó Batiz.
Fue un hermano suyo, que le planteó darle vida a este predio familiar, “él fue quien planteó el diseño, ahí fue donde comenzó la iniciativa, y le ha gustado a mucha gente, que hasta secciones de fotos han hecho”, mencionó este emprendedor afrodescendiente.
El estilo y diseño contrastan con el ambiente tropical, “aquí tenemos un espacio cultural y el diseño se ve moderno, pero siempre tratamos que encaje con la parte de la cultura, ya que estamos en la comunidad garífuna en Cristales, y así estamos haciendo que este proyecto funcione”, recalcó.
Las cabañas tienen espacio para dos camas y un colchón matrimonial en el ático, cuentan con todas las comodidades básicas y el acceso a la playa. “Esperamos dentro de un mes tenerlas listas”, adelantó Batiz.
Con madera, zinc, aislamiento y concreto, estas cabañas logran encajar cuando se ven de frente, pues atrás se contempla el impotente cerro Calentura.
El turismo en los últimos años ha llevado a reinventar a los operadores turísticos, y estas cabañas alpinas son una muestra de las tendencias modernas con que esta ciudad busca promover la llegada de turistas.
Playas privadas en las playas de Colón
También ese desarrollo para los locales ha traído limitaciones con la llegada de inversionistas, “que han comenzado a privatizar todos los espacios, como ya tenemos la parte de Cocalito, en el sector este de Trujillo, donde ya no encuentra un milímetro cuadrado de playa pública”, comenta Batiz.
Desde Coco Pando, un pequeño punto de vida nocturna y cultural en el barrio Cristales, hasta Castilla, “ya no hay espacios públicos, donde la gente pueda acceder fácilmente a las playas, y aquí tenemos todavía donde los turistas pueden venir con lanchas, motos acuáticas o sus vehículos de forma libre; una virtud que tenemos ahorita”, invitó el también docente garífuna.