27/04/2024
10:47 AM

Siamesas sampedranas se mantienen estables

La única oportunidad de vida para una de las niñas es con una operación en el extranjero.

San Pedro Sula, Honduras.

Las siamesas que nacieron hace tres días en el hospital Mario Catarino Rivas se mantienen estables de salud; sin embargo, su destino sigue siendo incierto.

Los médicos del Rivas están alertas ante cualquier reacción que puedan tener las niñas.

Ayer en horas de la tarde les practicaron otra resonancia, la cual confirmó que ambas comparten un solo corazón y el hígado, dijo el neonatólogo Samuel Santos. Debido a que ambos órganos son importantes, los médicos especialistas no pueden determinar cuánto tiempo más podrán vivir. El caso de las pequeñas sigue siendo de los más complicados porque un solo corazón las mantiene con vida.

Los doctores han asegurado que de practicarles una operación para separarlas, solo una de las niñas tendrá probabilidades de vivir. En Honduras no hay especialistas que puedan hacer la complicada cirugía y se necesitan equipos médicos de alta tecnología. De efectuar la operación tiene que ser en el extranjero, adonde tienen experiencia en este tipo de casos; aunque los riesgos también son altos porque algunas operaciones de siamesas han durado hasta 48 horas.

Alex Ortega, padre de las siamesas, ya tiene conocimiento de la difícil situación por la que pasan sus únicas hijas; no obstante, no pierde las esperanzas de que personas generosas los ayuden a llevarlas al extranjero y después de una operación se pueda salvar la vida de una de ellas. “Le hago un llamado de emergencia a la primera dama, Ana García de Hernández, para que nos ayude a salvar la vida de una de mis hijas”, agregó.

Los padres esperan que mediante una brigada pediátrica el caso de sus hijas se haga conocer en otros países y mediante un milagro pueda hacerse la complicada operación.

Foto: La Prensa

Los médicos presentaron la última resonancia de las niñas.
Antecedentes

Las siamesas anteriores que nacieron el pasado septiembre en el Mario Rivas vivieron solamente 24 días; aunque las probabilidades de sobrevivir eran mayores porque tenían dos corazones y, pese a las complicaciones, podían sobrevivir con una cirugía en el extranjero, pero por la limitaciones económicas de sus familiares las pequeñas murieron.