28/04/2024
02:25 AM

No se hizo nada para salvar la vida de las siamesas sampedranas

Una de las pequeñas sufrió un infarto que ocasionó la muerte de ambas. Su familia y amigos les darán hoy el último adiós.

San Pedro Sula, Honduras.

Su madre suplicó ayuda y hubo gestiones verbales y por escrito de los médicos, pero nada de esto obtuvo respuestas decisivas porque no había de dónde sacar un millón de dólares para salvar la vida de las siamesas que fallecieron ayer en el hospital Mario Catarino Rivas tras 24 días de haber nacido.

Fueron nombradas Alejandra y Jackeline Alejandra. Su estado era estable pero riesgoso y sus probabilidades de vida dependían de una intervención quirúrgica. El deceso de las menores ocurrió a las 8:30 am.

Según el neonatólogo Samuel Santos, el fallecimiento obedece a que una de las niñas, cuyo corazón estaba compuesto por tres cámaras o cavidades cardiacas, sufrió un infarto que afectó a su hermana.

“Lo habíamos dicho desde el principio que si fallaba el corazón de la paciente que estaba más débil, iba a llevar a la muerte a ambas”, señaló.

El especialista aseguró que agotaron todos los recursos para que recibieran atención de calidad en el centro asistencial.

Se recurrió a la posibilidad de trasladarlas al exterior para someterlas a una intervención quirúrgica y salvarles la vida.

“Tratamos de darles lo mejor. Amanecieron saludables, se alimentaron, pero una hora después de comer tuvieron un infarto que las llevó a la muerte”, indicó.

Las siamesas sampedranas nacieron cada una con su hígado, vesícula, estómago y corazón, pero sus corazones estaban unidos, conforme a los análisis que se les practicaron.

Al principio, los especialistas vieron la posibilidad de que las siamesas fueran evaluadas por una brigada en Tegucigalpa o que fueran remitidas a Guatemala, pero no se concretó nada.

Recientemente habían conseguido el visto bueno de médicos estadounidenses que ofrecían sus servicios para intervenirlas sin pagar un cinco, pero se presentó un problema que no pudo ser resuelto.

“Tuvimos múltiples comunicaciones con diferentes centros médicos en el extranjero. De hecho, un grupo de médicos de la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla, por su sigla en inglés) no iban a cobrar nada, pero el costo de donde se iba a hacer la cirugía era de un millón de dólares”, explicó.

Yackelin Quiroz (26), madre de las bebés, no se explica cómo sus pequeñas fallecieron cuando durante todos estos días le “habían dicho que su estado era estable”.

Ella y su esposo Nery Perdomo (39), padre de las menores, fueron trasladados en una ambulancia de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) a la aldea de Chivana, en Omoa, donde hoy les darán el último adiós.

“Me sentía orgulloso cada vez que las venía a ver. Estaban gorditas y comían todos los días. Lamentablemente sucedió esto”, dijo Perdomo.

Yackelin y Nery lamentan que sus hijas no hayan recibido la ayuda necesaria para que fueran separadas mediante una operación.

En el Rivas ha habido dos partos naturales de siameses. El primero ocurrió en 1998, pero venían sin vida. El segundo fue el de las pequeñas que ayer fallecieron.

La joven madre alumbró sin saber que traería gemelas toracópagas, cuya incidencia ha sido reportada en uno de cada 50 mil nacimientos, según los especialistas.