Roberto Gómez Bolaños explicó que “El Chavo” nunca conoció a su papá. Sobre su madre dice en el libro: “Conocí a mi mamá, pero nomás tantito. Como ella tenía que trabajar, todos los días me llevaba a una casa que se llamaba guardería, y ahí me la pasaba yo hasta que mi mamá regresaba después a recogerme. Un día no pasó a recogerme. Y los demás días tampoco”.