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El BCE se juega sus cartas para reactivar la alicaída zona euro

  • 04 septiembre 2014 /

El Banco Cen­tral Europeo sorprendió a los mercados financieros el jueves al anunciar un recorte de las ta­sas de interés y un nuevo plan de estímulo pese a la oposición del poderoso banco central de Alemania.

Fráncfort, Alemania.

El Banco Cen­tral Europeo sorprendió a los mercados financieros el jueves al anunciar un recorte de las ta­sas de interés y un nuevo plan de estímulo pese a la oposición del poderoso banco central de Alemania. La decisión deja en evidencia la urgencia de los es­fuerzos para impedir que la baja inflación descarrile la recupera­ción de la zona euro.

Los anuncios derrumbaron la cotización del euro y, a su vez, impulsaron los precios de las ac­ciones y los bonos.
También subrayaron los ca­minos divergentes que están si­guiendo los bancos centrales de Estados Unidos y el Reino Unido, que evalúan un endurecimien­to de la política monetaria, y del BCE y otras entidades de países europeos que se preparan para acelerar sus medidas de estímu­lo. EE.UU. y el Reino Unido han te­nido expansiones más vigorosas que han generado más empleos que la zona euro. Asimismo, sus tasas de inflación son más cerca­nas a la meta de 2% que los prin­cipales bancos centrales conside­ran óptima para sus economías.

Mario Draghi, presidente del BCE, detalló una larga lista de acontecimientos preocupantes que llevaron a la entidad a tomar cartas en el asunto, como el es­tancamiento del crecimiento y una inflación demasiado débil. “En agosto, observamos un dete­rioro del panorama inflacionario a mediano plazo, un movimiento a la baja en todos los indicadores de inflación”, manifestó en una conferencia de prensa. “La ma­yor parte, si no es que la totalidad, de las cifras que se anunciaron en agosto sobre el PIB y la inflación mostró que la recuperación esta­ba perdiendo impulso”.

El ministro alemán de Finan­zas, Wolfgang Schäuble, indicó el jueves ante un grupo de legislado­res que el país, la mayor economía de la zona euro, podría no cumplir la meta de crecimiento de 1,8% fi­jada para este año, informó un lí­der parlamentario de su partido. Hace dos meses, el funcionario había previsto excederla.

El euro cayó más de 1% frente al dólar para quedar en su nivel más bajo de los últimos 14 meses tras el anuncio del recorte de ta­sas del BCE.

Aunque el banco central ha reiterado que no tiene una meta respecto del valor del euro, el tipo de cambio se ha vuelto un canal de transmisión importan­te para que la entidad influya so­bre la actividad económica y la inflación. Un debilitamiento del euro impulsa las exportaciones y agrega inflación mediante un alza de precios de bienes impor­tados como el petróleo.

Los coletazos de la decisión del BCE ya se sienten en otras partes de Europa. El banco cen­tral de Dinamarca, un país que no forma parte de la zona euro, redujo el jueves una de sus prin­cipales tasas de interés y la dejó negativa, tras el anuncio del BCE. Al mismo tiempo, la caída del euro aumenta el riesgo de que el banco central de Suiza se vea obligado a defender el valor máximo que le permite alcanzar al franco suizo en relación al euro, dijeron algu­nos analistas.

Draghi pareció respaldar el re­ciente descenso del euro al resal­tar que podría reducir “diferen­cias significativas y crecientes en los ciclos de política monetaria de las principales economías.”

El BCE redujo su tasa de refe­rencia en 0,1 punto porcentual a 0,05%. Además, recortó una tasa sobre los depósitos bancarios a territorio aún más negativo de -0,1% a -0,2%. El BCE pasó a ser en junio el mayor banco central en experimentar con tasas de inte­rés negativas sobre los depósitos, una medida orientada a estimular a los bancos a prestar a otras ins­tituciones en lugar de guardar su dinero en el banco central.

La entidad también anunció el jueves que comprará bonos cu­biertos de los bancos y valores respaldados por activos e indi­có que revelará más detalles al respecto en octubre.

Draghi, sin embargo, no dio luces sobre la dimensión del programa, pero aclaró que el objetivo del BCE es aumentar su portafolio de activos desde los actuales 2 billones (millones de millones) de euros a los 2,7 billo­nes de euros que la institución tenía a inicios de 2012.

Una serie de desalentadores datos económicos llevó al banco central a redoblar sus esfuerzos. El Producto Interno Bruto de la zona euro se estancó en el segun­do trimestre. Las economías de Alemania e Italia se contrajeron mientras que la de Francia re­gistró un crecimiento nulo. Las encuestas realizadas entre em­presas en julio y agosto apuntan a un magro comienzo del tercer trimestre y la tasa de desempleo en la zona euro ascendió a 11,5% en julio.

La inflación, por otra parte, apenas alcanzó 0,3% entre agos­to de 2013 y de 2014, el menor ni­vel de los últimos cinco años. La cifra está muy distante de la meta del BCE de poco menos de 2% a mediano plazo y ha generado te­mores de que la zona euro podría sufrir un período de precios débi­les o en caída, lo que socava tanto el crédito como la inversión.

La zona euro acusa un rezago importante frente a otras econo­mías desarrolladas como EE.UU. y el Reino Unido, cuyos bancos cen­trales han combatido los efectos de la crisis financiera global con más energía en un empeño por es­timular sus economías e impedir que caigan en deflación.

El objetivo se logró con com­pras a gran escala de bonos so­beranos y, en el caso de EE.UU., valores respaldados por hipote­cas. El objetivo de estas políti­cas, conocidas como relajación cuantitativa, es reducir las tasas de interés de largo plazo.
Tras las decisiones del jueves, el BCE ha hecho casi todo lo que está a su alcance sin recurrir a me­didas drásticas como las compras de bonos soberanos, dice Nick Matthews, economista de Nomu­ra y quien fue uno de un reducido grupo de economistas que predijo el recorte de tasas del jueves.