“Ahí está el tejado”, añadió, girando hacia el otro lado de la pista, donde reposa una retorcida plancha de metal de unos 12 metros de extensión y que era el techo de este establecimiento de más de 50 años, la primera marina de Fort Myers Beach y del que además dependían otros negocios de venta de materiales de pesca y alquileres de tablas de surf.