19/04/2024
05:13 PM

Honduras: Así fue el rescate de los náufragos cerca de Roatán

Los Guardacostas de Estados Unidos publicaron un vídeo del rescate de 8 personas.

Los Guardacostas de Estados Unidos publicaron hoy un vídeo del rescate realizado ayer de cinco náufragos hondureños, dos estadounidenses y un canadiense a unos ocho kilómetros de la isla de Santa Elena, cercana a Roatán, en el Caribe hondureño.

En las imágenes los rescatados se observan pidiendo auxilio, ya que desde el pasado sábado se quedaron sin gasolina cuando intentaba regresar desde la isla hondureña de Roatán a Utila. Un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) localizó ayer a los ocho náufragos -cinco hondureños y tres extranjeros- que desde el sábado anterior habían desaparecido en alta mar.

El contacto visual de los militares revivió las esperanzas de los hombres y mujeres que permanecieron 96 horas bajo la inclemencia del sol y la lluvia cuando la lancha en que se conducían se quedó sin combustible. Los náufragos León Martín Coello Buckley (18), Amber Marie Burkelt (16), ambos de Estados Unidos; Tasha Brown (20), de Canadá, y los hondureños Gustavo Lorens (25), Gary Zelaya (22), Annie Bernard (28), Alex Bodden y Adán Cerrato (19), conductor de la lancha.

Tras un despliegue de los equipos de rescate en alta mar se trasladó sanos y salvos a los náufragos por la vía aérea al hospital de Roatán, donde les dieron la atención médica. Su condición, se informó, es estable.

La emoción era evidente en los ocho rescatados, quienes entre lágrimas narraron a las autoridades y familiares las horas dramáticas que vivieron en alta mar.

El rescate

Se cumplía ayer el cuarto día de búsqueda por mar y aire que realizaban la Fuerza Naval y la Aérea de Honduras, junto a elementos de la Armada de Estados Unidos.

Ayer a las 8:30 am, cuando uno de los helicópteros sobrevolaba las costas, 70 millas al noroeste de Roatán, mar adentro, captaron a las ocho personas en una lancha, levantando las manos para pedir auxilio.

Los militares comunicaron rápidamente a las autoridades del hallazgo y se dispuso que, por la distancia, el traslado por la vía aérea era el más conveniente y Roatán era el punto más cercano.

“Cuando nos comunicaron del hallazgo de los náufragos preparamos toda la logística en Roatán para atenderlos de inmediato. Se dispuso de ocho camas, ocho enfermeras y cuatro ambulancias, listos en el aeropuerto para recibirlos. Fue un gran trabajo de las Fuerzas Armadas y los grupos de rescate que se sumaron a la búsqueda”, relató Andy López, subcomisionado de Copeco para Islas de la Bahía. A las 10:00 am, los ocho sobrevivientes llegaban al aeropuerto. Sus rostros estaban dorados por el intenso sol, su cansancio era evidente y presentaban signos de deshidratación.

“La condición de las ocho personas es estable. Los médicos han dado las atenciones necesarias al grupo y gracias a Dios están bien. Copeco ha estado coordinando todas las acciones para lograr este rescate exitoso y alertamos a las embarcaciones a tomar medidas para evitar este tipo de eventos”, agregó López.

Dramático relato

Adán Cerrato, conductor de la lancha, nunca olvidará los cuatro días que se volvieron eternos en el mar. El daño en el motor y la falta de combustible marcan la peor pesadilla que a sus 19 años le ha tocado vivir.

“Salimos de Roatán con destino a Utila, pero a pocas horas de estar navegando el motor comenzó a fallar. Los intentos de hacer algo para repararlo no sirvieron. Fue imposible y la falta de combustible no nos dejó regresar. Nos preocupamos porque no sabíamos qué iba a ser de nosotros y lo peor era que nadie nos auxiliaba. No había manera de comunicarse para dar aviso y que nos ayudaran”, relató el superviviente.

Las horas transcurrían y las esperanzas de los ocho náufragos disminuían a cada minuto. Su estado de salud se quebrantaba y las fuerzas se perdían. “La desesperación por ratos nos atrapaba, la corriente nos movía y nos ubicaba en la ruta a Puerto Cortés, pero cuando el viento cambiaba nos llevaba a Utila. Estábamos a merced de las condiciones climáticas, pero nunca perdimos la fe. El agua lluvia nos mantuvo vivos. Esto es un milagro”, aseguró el lanchero.

Cada sonido que escuchaban los alegraba. Buscaban en el mar o en el aire a alguien que lograra escuchar sus gritos para que los auxiliaran.

“Cada noche y cada día, cuando mirábamos los aviones que sobrevolaban la zona donde nos quedamos atrapados, hacíamos señales, gritábamos con la esperanza de que alguien nos oyera o nos viera, pero nada, nadie nos miraba. Hasta que el helicóptero nos vio y empezó a sobrevolar sobre nosotros sentimos que salíamos bien librados de la odisea. Gritamos, lloramos, pero felices de salir del mar y estar a salvo. Gracias a Dios y a la gente que dedicó su tiempo a buscarnos”, expresó Cerrato.

Los médicos evaluaron ayer a cada uno de los perdidos en alta mar. A todos les colocaron suero, les hicieron curaciones menores y los dejaron en observación varias horas hasta garantizar su buen estado de salud.

La satisfacción no solo fue para los ocho náufragos, sino para los rescatistas participantes en la operación que desde el domingo buscaba a la tripulación de la lancha.

“Estamos contentos. Fue exitoso gracias a la coordinación y los esfuerzos de las instituciones que se sumaron a la búsqueda”, dijo el capitán de corbeta Ernesto Antonio Ávila Kattán, comandante de la base naval de Guanaja.

La lancha en que se conducían los náufragos fue remolcada hasta la base naval en Puerto Cortés, confirmó el teniente de fragata Johnny Sibrián.

“La pequeña embarcación fue encontrada en las coordenadas 16 grados, 21 minutos y 36 segundos, latitud norte; 87 grados, 46 minutos y 26 segundos, longitud oeste”, agregó.

“Solo se encontraron unas pocas pertenencias de los ocupantes. Los tanques de combustible estaban vacíos y tanto las baterías como el motor no estaban funcionando”.