El joven Jonathan Emilio Cano Hernández, de 21 años, fue ultimado ayer por un sujeto que lo esperaba a bordo de un auto en la colonia Montefresco.
El hecho fue a las 8.30 de la mañana, informó la Policía. La víctima se dirigía a la Universidad Tecnológica de Honduras, UTH, en compañía de otro estudiante. Ambos caminaban por la 12 avenida de la colonia Montefresco. Un testigo informó que en una esquina de la 21 calle estaba aparcado un taxi con dos sujetos a bordo.
Cuando los dos jóvenes estaban a media cuadra, los tipos del auto se bajaron y uno de ellos supuestamente les pidió las pertenencias.
Jonathan se negó y entonces uno de los tipos le pegó un balazo en la cabeza que le provocó la muerte de inmediato.
Su compañero huyó y los homicidas abordaron de nuevo el vehículo y se marcharon. El testigo piensa que los delincuentes conocían a Cano porque se fueron directamente adonde él.
A Jonathan no le robaron porque en la billetera le hallaron 300 lempiras, una tarjeta de débito, el carné universitario, una tarjeta de identidad de una mujer y otros papeles.
Al lugar del hecho llegaron sus parientes, entre ellos un hermano mayor, quien se negó a dar declaraciones.
El occiso vestía una camisa manga corta de cuadros azules y blancos, un jean azul y calzaba unos tenis y andaba puesta una gorra azul. El joven en su mochila andaba sus cuadernos y otros papeles. El homicida tampoco registró la mochila de la víctima.
Las autoridades fiscales, policiales y forenses hicieron el levantamiento del cuerpo a las diez de la mañana y lo trasladaron a la morgue, donde le practicarán la autopsia que ordena la ley. Las autoridades establecieron preliminarmente como móvil del crimen el intento del robo.
Uno de los amigos de Jonathan que acudió a la escena del crimen afirmó que éste nunca andaba teléfono celular.
Un joven sano
El infortunado universitario vivía en la Montefresco a tres cuadras de donde se suscitó el hecho.
Los vecinos lamentaron el hecho y comentaron que no hay seguridad en ninguna parte de la ciudad.
Dijeron que sólo la fe en el Todopoderoso le queda a la ciudadanía como refugio porque la delincuencia ya rebasó la capacidad de reacción de la Policía.
El cuerpo de Jonathan fue reclamado en la morgue forense por una prima y su novia ayer en horas de la tarde y será enterrado en esta ciudad.
Cano vivía con una tía porque su madre reside en Estados Unidos. Cursaba el segundo año de ingeniería en computación.
Según vecinos, era un joven sin vicios y tampoco se le conocían enemigos de ningún tipo.
La muerte de Jonathan se suma a una larga lista de crímenes cometidos en contra de estudiantes universitarios en distintos sectores de la ciudad.