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Dos muertos deja asalto a bus de ruta interurbana en la zona norte

  • 23 agosto 2015 /

Una de las víctimas es el oficial de la Fuerza Naval Rigoberto Espinal Rivera quien mató a uno de los delicuentes.

San Pedro Sula, Honduras.

Salió con ilusiones de Tegucigalpa a San Pedro Sula. El suboficial Rigoberto Espinal Rivera (27), de la Fuerza Naval de Honduras, planificó un viaje para visitar a su novia sin imaginar que perdería la vida.

A las 2:00 am, cuatro hombres abordaron el bus número 6 de la empresa Sultana Rivera en Tegucigalpa. Cuando todos estaban dormidos se levantaron de sus asientos y gritaron: “Nadie se mueva, este es un asalto”.

Tras el sometimiento de los malvivientes, el oficial despertó y se enfrentó a los criminales. Les advirtió que desistieran de la acción, pero aquellos hombres le dispararon. El valiente oficial aún herido repelió el ataque e hirió a uno de los criminales que no fue identificado y que murió en el fuego cruzado.

El ataque

La unidad transitaba por La Barca, en Santa Cruz de Yojoa. Todos dormían y ese momento fue aprovechado por los asaltantes para amenazar a los ocupantes del bus interurbano. Cumpliendo su deber de proteger a la ciudadanía, el oficial de la Naval no dudó en repeler el asalto, pero en el intercambio de disparos pereció.

“Fueron segundos. Los asaltantes nos pidieron las pertenencias y fue cuando de los asientos de atrás el militar los enfrentó, pero eran cuatro y se armó la balacera en el bus”, contó uno de los pasajeros. Cuando vieron muerto a uno de sus compinches, los hombres se bajaron de la unidad y huyeron. El conductor de inmediato arrancó, su objetivo era llegar a la Gran Central Metropolitana de San Pedro Sula y que las autoridades levantaran el cadáver del naval.

A las 7:00 am, las autoridades forenses levantaron el cuerpo y lo enviaron a Medicina Forense.

Oficial ejemplar. En la Fuerza Naval de Honduras hay conmoción, la trágica muerte del oficial que se desempeñaba como edecán del comandante de esa unidad deja un vacío porque se trataba de un hombre con una hoja de servicio ejemplar. “Estamos impactados con lo ocurrido, pero no cabe duda que murió luchando. Era un hombre diligente, responsable, atento, todo un militar. Es una gran pérdida para la familia naval”, expresó Héctor Orlando Caballero, comandante de la FNH.

Ayer compañeros de armas, familiares y amigos llegaron a Medicina Forense para retirar los restos del hombre que murió como un héroe.

El oficial era originario de San Esteban, Olancho, adonde hoy será sepultado con todos los honores.

Espinal Rivera ingresó a la Escuela de Suboficiales en 2005, graduándose en 2008. El joven siempre mostró amor a su trabajo, entrega y lealtad, lo que le hizo ganarse el respeto de sus superiores y compañeros, los que hoy lamentan su muerte.