Un avión Tucano T-27 de la Fuerza Aérea Hondureña, FAH, aterrizó de emergencia ayer a las 7:15 de la mañana sobre una plantación de maíz en la finca Los Quebrachos, ubicada en el sector de Piedras Azules, Comayagua.
Los dos pilotos salieron ilesos y la aeronave que volaba a unos seis mil pies de altura no sufrió daños mayores, confirmó la Secretaría de Defensa.
El avión era piloteado por el capitán de aviación Jerlyn Ramón Coello Alonzo y el teniente Kevin Keneth Reyes Ortega.
Según los informes preliminares, una de las causas que se manejan es que el accidente se produjo por fallas mecánicas en el motor del avión militar con número de registro FAH-258 de fabricación brasileña.
Los dos pilotos son instructores de la Academia Militar de Aviación Roberto Raúl Barahona Lagos, ubicada en Palmerola, y al momento del percanse realizaban un reconocimiento de la aeronave.
Con el objetivo de conocer las condiciones en las que se encontraba la tripulación al igual que la aeronave, el ministro de Defensa Marlon Pascua Cerrato se trasladó hasta el lugar en donde se realizó el aterrizaje forzoso.
Le acompañó el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general René Osorio y el coronel de Aviación Roberto Flores Moreno, Jefe del Estado Mayor Aéreo de la Fuerza Aérea Hondureña, FAH.
“Hasta este momento no sabemos cuáles son las verdaderas causas del accidente del avión T-27, pero gracias a Dios que la tripulación está con vida”, dijo Flores Moreno.
A eso de las once de la mañana, una comisión de técnicos de la FAH se desplazó hasta el lugar del accidente para realizar el proceso de investigación y determinar cuáles fueron las causas del aterrizaje forzoso.
Lo que sí se estableció es que era un vuelo “de rutina”, que había sido programado dentro de lo que es el proceso de entrenamiento de los pilotos que tiene la Academia Militar de Aviación.
Las máximas autoridades de la institución militar dijeron que se van a revisar las grabaciones que existen especialmente las de la torre de control y con ello esclarecer qué fue lo que provocó el accidente.
En el lugar de los hechos se podía visualizar que los daños que sufrió la aeronave oscilan entre un 30 y 50%, siendo el motor, las alas y las hélices las afectadas a raíz del fuerte impacto.
La aeronave cayó en un predio completamente plano de unas 32 manzanas que está cultivado de maíz y que es propiedad del empresario Miguel Facussé.
Debido a que realizaron el procedimiento que establecen los manuales para realizar un aterrizaje forzoso, el cual fue “un éxito”, los dos pilotos salieron ilesos.
Sin necesidad de ayuda, Coello y Reyes abandonaron la aeronave que quedó en medio de la milpa después de recorrer alrededor de 30 metros después del impacto, pero fue necesario trasladarlos al hospital de Palmerola donde se les practicó un chequeo médico, en el que se determinó que no sufrieron ningún daño físico.
El lugar donde se accidentó la nave es una zona de práctica porque son áreas planas, permitidas para ese tipo de ejercicios, ubicada a unas siete millas de distancia de la base Enrique Soto Cano.
El teniente coronel Angel Leonel Laínez Santos, director de la Academia Militar de Aviación, dijo que el avión volaba a unos seis mil pies de altura cuando los pilotos empezaron a sentir fallas en el motor, por lo que tuvieron que hacer un descenso y aterrizar de manera forzosa en el lugar donde cayó la aeronave.
Agregó que será la comisión investigadora la que dará un informe de todo lo ocurrido, por lo que se tomarán el tiempo necesario para determinar las causas.
