Londres, Inglaterra
La princesa Eugenia de York ha acaparado las miradas, en su boda con el empresario Jack Brooksbank, por romper el protocolo de utilizar el tradicional velo de novia y dejar lucir la enorme cicatriz que tiene en la espalda.
El ajuar tenía un escote en V por delante y por detrás que caía en los hombros, una petición especial de la princesa, para que así fuera visible la cicatriz de la operación de escoliosis (una curvatura de la columna vertebral) por la que fue sometida cuando era una niña.
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Acción que muchos la han catalogado como señal de apoyo a quienes han sufrido lo mismo. Este fue un episodio traumático para la princesa, como ella misma lo ha reconocido: “Me dijeron que necesitaba ser operada con una cirugía correctiva. Fue una perspectiva entonces aterradora para una niña de 12 años. Todavía recuerdo lo nerviosa que estuve días antes de dicha intervención”.
La nieta de Isabel II ha acudido en más de una ocasión a algún evento relacionado con la escoliosis, llegando a visitar incluso a afectados en el hospital. Por lo que en el día más importante para ella, este tema no iba a pasar desapercibido.
