La crisis económica a consecuencia de la pandemia ha provocado una baja considerable en el alquiler de casas, apartamentos y locales comerciales en San Pedro Sula.
La Capital Industrial es reconocida por tener un atractivo sector inmobiliario, además de una alta oferta de terrenos aún por urbanizar.
Sin embargo, con el surgimiento del covid-19, los alquileres han tenido una disminución porque muchos propietarios de negocios han trasladado sus operaciones a sus casas para reducir costos, pobladores han retornado a sus pueblos por falta de trabajo y la suspensión temporal de clases presenciales en los centros educativos.
350
dólares es el costo en que puede andar la vara cuadrada en el noroeste, uno de los más caros para vivir en la ciudad. El promedio de los terrenos es de 485 varas cuadradas.
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“Estas medidas coercitivas aumentaron drásticamente, hay casos en Choloma donde las autoridades se vieron obligadas a intervenir porque estaban desmantelando techos, ventanas y las puertas del inquilino para obligarlo a desalojar, eso es ilegal”.
Cerrato explicó que la falta de empleo ha disparado la mora en la parte residencial y comercial; aunque muchos dueños de locales comerciales han condonado un 30% y hasta un 50% de la deuda a los arrendatarios entendiendo la difícil situación que atraviesa el país.
“Ha bajado la ocupación. La desocupación de los bienes inmuebles es dramática. Muchos locales comerciales vacíos”.
Varios apartamentos también están en alquiler, por ejemplo, este edificio se encuentra en el bulevar de Villas Mackey.
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Aunque la moneda oficial es el lempira, el cobro de los alquileres lo hacen en dólares, algo que ha sido muy criticado por los micros, pequeños y medianos empresarios (mipymes).
En los últimos tres años, el aumento en los costos de alquileres ha sido de más de un 30%.
En San Pedro Sula por lo menos un 60% de la población alquila, es decir, más de 300,000 personas, porque no pueden acceder a una vivienda propia. Las causas son muchas: bajos salarios, altos costos de la canasta básica y servicios, dificultad para obtener préstamos bancarios, insuficiente construcción de viviendas y las que están disponibles superan el millón de lempiras.
Menotti Maradiaga, expresidente de la Federación de las Cámaras de Comercio e Industrias de Honduras (Fedecámara), dijo que por la pandemia, muchos mipymes dejaron sus locales comerciales y trasladaron sus negocios a las casas para abaratar costos, señalando que los costos de alquiler son muy altos. “Los costos de energía eléctrica están por las nubes”.
Maradiaga enfatizó en que debe haber reformas a las leyes de impuestos que vayan acordes a la realidad económica actual.
Johanna Boadla, representante de la Inmobiliaria e Inversiones Torre Santa (Initsa), dijo que pese a que el sector inmobiliario no logra estar como antes de la pandemia, la compra y venta y los alquileres de bienes inmuebles continúa.
Boadla reconoció que hay muchos locales comerciales vacíos, pero se siguen vendiendo y comprando casas.
Los cuadrantes noreste y noroeste siguen siendo de los más atractivos para vivir y para el área comercial, aunque son de los más costosos de la ciudad.