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Egresado liceísta crea el primer museo militar de San Pedro Sula

  • 15 noviembre 2019 /

El creador de la exhibición es hijo del coronel (r) Ricado Luque Portillo, combatiente de la guerra con El Salvador

    San Pedro Sula, Honduras.

    Cuando tenía 11 años, Ricardo Luque Sandoval recibió un sencillo regalo de parte de su madre que le despertó la pasión por coleccionar objetos.

    Era un monograma de una institución civil que el cipote guardó para acompañarla con piezas militares que para él eran fáciles de obtener dado que su padre era un oficial del Ejército. “Mi padre fue la primera víctima de mi pasión de coleccionista porque le robaba sus insignias militares”, refiere Luque Sandoval, quien, al igual que su progenitor, militó en el Ejército de Honduras.

    Ahora son miles de monagramas, gafetes, insignias y otras piezas militares las que se exhiben en el museo del Liceo Militar de Honduras, que recientemente Luque Sandoval fundó con su esfuerzo.

    Las piezas que había venido acumulando desde su infancia las fue sacando hace unos cuatro años para crear el museo a petición de las autoridades del antes llamado Liceo Militar del Norte, en el que estudió.

    “Creían que lo que poseía era una colección pequeña, pero se asombraron de ver tantas piezas que ni yo mismo sabía que tenía”, dijo el egresado liceísta. El museo todavía no está abierto al público, pero pueden visitarlo personas que previamente lo soliciten a través de las autoridades del liceo.

    Ricardo Luque Sandoval es un paracaidista con 39 saltos realizados que se retiró de las Fuerzas Armadas con el grado de capitán. él mismo guía a los visitantes durante un recorrido por el museo, que comienza con gráficas de los inicios del Liceo Militar del Norte, cuando los catedráticos tenían la potestad de mando de cualquier oficial y los entrenamientos eran más duros.

    Una mirada hacia arriba permite observar los distintos tipos de uniformes militares usados por ejércitos e instituciones policiales de todo el mundo. Por aquí está una guerrera del ejército de Estados Unidos junto a un overol alemán y más allá el uniforme de piloto que usó la Policía hondureña cuando patrullaba desde el helicóptero Alcón Uno.

    Como buen paracaidista, Luque Sandoval ha tapizado las paredes del museo con alas de tela y de metal desprendidas de uniformes castrenses de todas partes del mundo. Botones y hebillas militares, medallas conmemorativas, sables y tantos objetos que sería difícil enumerar cuentan la historia militar universal, desde vitrinas y paneles instalados en las paredes.

    Coleccionar tantas piezas le costó a Luque “sangre, sudor y lágrimas”.