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Dan cuidados y amor a niños vencidos por la leucemia

  • 12 julio 2019 /

Voluntarios se solidarizan con el dolor de pacientes con enfermedades terminales, dándoles calidad de vida

    San Pedro Sula, Honduras.

    Los niños que están por perder la batalla contra la leucemia y otras enfermedades terminales ya tienen un hogar en San Pedro Sula, adonde les dan amorosos cuidados paliativos.

    A base de donativos de empresas y personas generosas, un grupo de voluntarios logró formar la fundación Pequeños Guerreros, que ya dispone de un inmueble en la colonia Jardines del Valle, que es como el último hogar de estos menores.

    El proyecto comenzó como una inquietud de padres que tenían hijos sin probabilidades de vida internados en el hospital Mario Rivas y requerían de un espacio para brindarles cuidados especiales que no tiene el centro asistencial.

    La directora de la fundación es la doctora Martha Elisa Paz, quien hace cuatro años se integró al grupo de voluntarias vendiendo boletos de ayuda y organizando noches benéficas para apoyar la fundación.

    Donaciones
    Pueden hacerse llamando al teléfono 9442-6244. El número de cuenta de la fundación Pequeños Guerreros es BAC 730299241.

    Al principio había desconfianza entre la gente que quería ayudar porque creían que podría tratarse de una empresa de maletín. Sin embargo, los impulsores del proyecto lograron ganarse a pulso la credibilidad de la comunidad y ahora la fundación está constituida legalmente.

    “Comenzamos en una casa de habitación alquilada, pero desde el pasado mes de enero estamos en este local”, dijo la doctora Paz al referirse al inmueble de dos pisos que les ha sido cedido temporalmente por el Gobierno.

    No es un albergue ni un hospicio porque aquí los niños no solo reciben alimentación y alojamiento permanente, sino también cuidados paliativos para su cuerpo enfermo y para su alma, según la doctora Paz. Para que no extrañen el calor de su familia están siempre acompañados de su madre o de otro familiar, que convive con ellos. Ni siquiera usan ropa de hospital, sino la suya.

    Aparte de ello, las enfermeras voluntarias que los atienden no solo les suministran sus medicamentos para el dolor y otros paliativos, sino también comparten sus juegos. El único pago que el personal recibe es la satisfacción de verlos sonreír, en la medida en que la enfermedad se los permite.

    Fundación libra lucha por pequeños guerreros

    “Trabajo por amor a la causa, lo hago en mi tiempo libre”, expresa la doctora Paz, quien labora para dos empresas y tiene su consultorio privado. El hogar no cuenta con patrocinadores permanentes, solamente donantes esporádicos. El único patrocinador permanente es Dios, quien siempre nos saca de las dificultades”.