16/04/2024
04:45 PM

Angélica Rivera es la primera dama de México

La Gaviota dejó los foros de Televisa para asumir su nuevo protagónico: ser el rostro de la mujer mexicana.

No más rizos, sets de televisión y aquellos apasionados besos con galanes de Televisa. Enrique Peña Nieto, presidente entrante de tierra azteca, nació hace 43 años. Su rojizo cabello, su rostro angelical y una personalidad jovial la identifican.

Jamás imaginó que en sus responsabilidades de mujer tendría un rol con tanto peso y mucho menos, rescatar el rostro humano de la mujer mexicana y el papel noble y altruista de la tierra del mariachi.

Para comenzar ha perfeccionado su estampa, dejando atrás la imagen seductora de la televisión para refinarla con lisos cabellos, atuendos de mucha elegancia y diciéndole adiós, posiblemente para siempre, a las cámaras y los foros de grabación.

El galán con el que protagonizó su último culebrón Destilando Amor, Eduardo Yáñez afirmó: “será una digna Primera Dama y trabajará en pro de quienes más lo necesitan. Sorprenderá a la sociedad mexicana al realizar acciones en beneficio de los desamparados, porque son cosas que ella siempre tuvo en la cabeza”.


Renovación total

Angélica ya no es la desenfadada mujer, arrogante y apasionada protagonista. Se ha alejado de los seductores vestidos, ha colgado los jeans y las chaquetas para vestir con altura.

Desde hoy, La Gaviota no volará tan alto como siempre lo solía hacer cuando estaba en la pantalla chica. Lo hará bajo la sombra de su esposo.

Carlos Páez, analista de discursos políticos, ha hecho una radiografía de la nueva señora Nieto Rivera. “Sonríe y calla. Se le mira sumisa, con un bajo perfil, a pesar de que ya era una figura pública, una estrella del espectáculo, antes de conocer a su marido. Va a hacer el papel que le impongan, pero indudablemente es un capital político”.

La Gaviota, como es conocida en México y Latinoamérica, no sólo tendrá el trabajo de levantar el perfil político de una primera dama. A sus hombros desde hoy pesa no sólo ser madre, de sus tres hijos que procreó con su primer esposo y productor de televisión José Alberto Castro, hermano de la estrella Verónica Castro.

También deberá asumir el papel de madre de los tres hijos que arrastra Peña Nieto de su anterior matrimonio, que concluyó con la muerte de su esposa Mónica Pretelini a causa de una arritmia cardiaca.

Muchos consideran que Angélica se las sabe todas y que su matrimonio no es una estrategia política. En diversas entrevistas ha dejado entrever que anhela un bebé mitad Peña mitad Rivera y éste podría ser “un as bajo la manga”, según Páez, demostrando con ello que su amor es real.

Consolidada

Cuando menos pensaba, la brújula le dio un giró al horizonte de Rivera Hurtado. Se divorció en 2008 de “El güero Castro”, luego de cuatro años de matrimonio y varios más viviendo en concubinato.

Después de ese amargo episodio en el propio guión de La Gaviota, conoce al apuesto viudo Peña Nieto, que la empezó a cortejar luego de participar en una campaña publicitaria para exaltar los logros del político del PRI, (Partido Revolucionario Institucional) como gobernador del Estado de México.

Angélica hizo de todo para hacer las cosas como Dios manda. En 2010 contrajeron nupcias tras dos años de noviazgo. La boda fue en la catedral de Toluca, luego de que se anulara el primer matrimonio civil y religioso en 2009.

Acapararon, acaparan y seguirán acaparando las portadas de las revistas del jet set mexicano. Ninguno de los dos se libra de la polémica. Más ella, porque hace algunos días salió a la luz pública que su hija Sofía Castro calza unos carísimos tacones dorados Christian Louboutin, digno de celebridades de Hollywood. Apenas tiene 16 años y su padre la consintió con estos carísimos zapatos, acción que no ha sido del agrado de la prensa mexicana.

Los retos

Ahora, la residencia oficial de Los Pinos tiene nueva inquilina por seis años más. En sus espaldas, La Gaviota no sólo llevará el cariño de sus admiradores, sino la ardua misión de servir a un pueblo que necesita tanta solidaridad.

Ella será el rostro humano del gobierno azteca, que en los últimos años ha enfrentado la dura guerra contra el narcotráfico, la inmigración, la falta de empleo, la iniquidad social y la pobreza que tanto afecta a las comunidades olvidadas y remotas de la tierra de Moctezuma.

Aunque como primera dama mexicana también tendrá que acudir a eventos y cónclaves internacionales en busca de soluciones para las mayorías, los expertos apuntan a que Angélica mantendrá un segundo plano, olvidándose del estrellato con el que creció.

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