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¿Utopía?

  • 21 julio 2019 /

No son imágenes de cine negro aquellas en que camiones circulan temprano en la mañana y desde la esquina el grupo corre, sube al automotor y ese día, por lo menos, habrá ingresos para la familia.

    No todo es muro, desierto, río de muerte o terceros países en la arremetida de la administración Trump que habla mucho y que ubica a incondicionales en los puestos neurálgicos no solo para cerrar el paso, sino para allanar el camino, iniciado ya, hacia un segundo mandato.

    La noticia sobre trabajo temporal en la unión americana, apegándose, desde luego, a la ley que proporciona el permiso mediante visas con permiso de trabajo durante la temporada en que la actividad en el campo o en otro sector concreto necesite mano de obra, como ocurre actualmente, es alentadora.

    No son imágenes de cine negro aquellas en que camiones circulan temprano en la mañana y desde la esquina el grupo corre, sube al automotor y ese día, por lo menos, habrá ingresos para la familia. Es la vida real en el sector agrícola de los Estados Unidos o de los países europeos del Mediterráneo donde se asientan gran número de indocumentados con deseo de oportunidades y a la espera de poder regularizar su situación que, posiblemente, nunca llegue.

    La vida del migrante, individual y familiar, es de muchos sacrificios y privaciones que se ocultan a quienes quedaron en el pueblo y reciben las remesas, a lo que hay que sumar en estos difíciles tiempos las redadas, la discriminación alentada desde lo alto y hasta los ataques.

    No será, de momento, presentar los papeles y tener el boleto, sino que el llamado es para integrar en la base de datos de la Secretaría de Trabajo la información personal, acompañada de la documentación exigida, de quienes deseen trabajar en empresas para las cuales desde Honduras llegará el número de trabajadores solicitados. De momento, para reducir la presión del masivo éxodo en las fronteras del norte, hay disponibilidad en la agricultura y en empresas marítimas en las que los hondureños se han integrado eficientemente y, por años, han sido llamado para las temporadas altas.

    Sabemos que el problema migratorio, donde se inicia, las causas, es sumamente complejo, pero no lo es menos hacia donde se dirigen y llegan, si pueden, los migrantes. Por ello, las oportunidades “seguras” son más que valiosas, pues eliminan la inseguridad del camino, la violencia de las bandas que acechan en la ruta a los migrantes y ayudan a mitigar las precarias condiciones laborales de empresarios agrícolas explotadores.

    ¿Utopía? Llegar con hechos no con palabras a las causas de los desplazamientos masivos y disponer de cauces legales, no solo en tiempos de crisis, para regularizar la estancia de las personas en un trabajo, en la adquisición de vivienda y en la integración activa en la comunidad de residencia.