19/04/2024
08:47 AM

Salud

  • 02 septiembre 2022 /

    La reciente visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, ha sido, además de grata, fructífera para el área de la salud, que sigue atorada en un caos interno que, al final, ha impactado sin piedad en los hondureños, que no tienen dinero ni para acudir a centros privados ni para comprar medicinas. La promesa es apoyar con la construcción de tres hospitales gracias a un préstamo de 70 millones de dólares —unos 1,750 millones de lempiras— que vendrán de fondos españoles. Uno de los hospitales será el de traumatología en San Pedro Sula y dos hospitales generales en Salamá, Olancho, y Nueva Ocotepeque.

    La noticia sobre la construcción de los tres hospitales, si se concretan, es esperanzadora para un país que no ha mostrado avances significativos en materia sanitaria en los últimos 20 años; apenas hay evidencia de los esfuerzos que hacen gobiernos locales, como en San Pedro Sula, donde se abrieron dos macrodistritos de salud y un tercero, en Cofradía, que está por inaugurarse, para aliviar la carga del vetusto hospital Mario Rivas, fundado en 1990, y del histórico Leonardo Martínez, que abrió sus puertas allá en el 1900.

    El ministro de Salud, José Manuel Matheu, ha insistido en la falta de presupuesto para sostener los 28 hospitales, que sirven a una población de 9.5 millones de habitantes. De esos centros, 18 ni siquiera tienen máquinas de rayos X. Esa crónica deficiencia igual es resultado de la evidente falta de recurso humano, de la lenta adquisición de medicamentos y la displicencia para arreglar la falta de pago a personal que ha quedado colgado con contratos que este Gobierno no reconoce, o de empleados a los que quieren reemplazar por el camino del desgaste moral y económico. Pareciera que los están asfixiando en vez de proceder por la vía legal y humana, como corresponde hacerlo.

    Se agradece que el Gobierno español vuelva a darnos una mano con este trascendental proyecto de salud pública. Sin embargo, antes de iniciar con estos planes y construir los hospitales es urgente poner orden, comenzando por fortalecer la atención primaria al dar mayor acceso a servicios básicos en barrios populares y en el interior del país; además, dotar de insumos y equipos a toda la red hospitalaria y centros de salud. Y, por supuesto, pagar lo que se debe en salarios atrasados, terminar con esa penosa falta de medicamentos y contratar al personal médico que hace falta para que los centros hospitalarios, que ya existen, den el servicio que merecemos los hondureños. Que se cumpla la promesa de bienestar y salud digna para todos que el Gobierno tiene entre sus pendientes.