19/04/2024
05:04 PM

Quien manda, manda

    Aunque en la sesión del jueves de la semana pasada hubo aprobaciones de mayor calado, lavado de activos, corrupción, etc. es preciso resaltar aquella otra en la que se cumple aquel tradicional dicho: “Juan Palomo yo me lo guiso, yo me lo como”. La decisión de los participantes en el encuentro virtual está dirigida directamente a favorecer a los irresponsables, a los “superley” al exonerarse transitoriamente de las sanciones establecidas en la Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a Partidos Políticos y Candidatos.

    No tuvieron tiempo ni oportunidad de presentar el informe financiero de liquidación de cuentas. Para muchos no habrán sido obstáculos las múltiples tareas legislativas, pues el Congreso Nacional sigue en emergencia con distancia kilométrica y saludos por la web de sus miembros. Nada extraño. En las elecciones internas, el Servicio de Administración de Rentas señaló que numerosos candidatos ni siquiera habían tramitado su inscripción para el pago de impuesto y no poseían el carnet del Registro Tributario.

    No es cuestión de tiempo y de la supuesta gran cantidad que han de pagar, sino de cultura ciudadana que, incluye, la honestidad en honrar compromisos financieros con la sociedad, llámense impuestos, gravámenes, tasazo, como los legisladores quieren identificar, calificar y sancionar el incumplimiento.

    Llamó poderosamente la atención que la sesión virtual para reformar la Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a los partidos y candidatos se desarrollase en feriado con cita futbolera. Se va aflojando la cabuya, ya muy floja, de manera que la transparencia se opaca e impide reflejar el uso y abuso en los poderes del Estado. No de otra manera se pueden interpretar los cambios en la absurda dirección de la benignidad cuando por lo que se sabe y conoce debieran mostrar dureza e inflexibilidad para los “listos” irresponsables.

    La reducción de la sanción fue más que significativa, ya no son 50 salarios mínimos, sino 15 lo máximo. Los hay de 10 y de cinco. ¡Pobrecitos! Así deducimos de una fuente oficial del Poder Legislativo que muy benevolentemente señaló que es “dar más tiempo a los candidatos” para pagar. Toda una cultura de evasión que se lleva hasta en los huesos sin que la pena, la multa o el castigo llegue a arriba para quienes la impunidad evidencia en antivalor por abuso del poder. “Roma locuta causa finita”, locución clásica que para nosotros cobra más fuerza con las circunstancias que rodean las decisiones en perjuicio de la sociedad y en mayor arraigo de “lo mismo”.