Estamos en esas horas de optimismo en las que aún son reales las promesas y comienzan a pasar del mundo de las palabras a los hechos. No nos hacemos muchas esperanzas, pues la historia individual y colectiva, aunque es conocida sobradamente, está condenada en la mayoría de los casos a su repetición.
Sin embargo, es tal la ilusión que en las conversaciones, en las declaraciones a los periodistas y hasta en el pensamiento personal se elabora una agenda con énfasis en los resultados, no siempre reales y al alcance de la mano, en vez de identificar recursos, elaborar estrategias y señalar los sacrificios, pues está claro que “lo que cuesta es lo que vale”.
Ahí es donde está el nudo gordiano, pues la sociedad nos va introduciendo a paso acelerado con un alto grado de inconsciencia de que los triunfos están asegurados con el menor esfuerzo, al menor costo y en un abrir y cerrar de ojos. Así de sencillo y fantástico, creando en las jóvenes generaciones la frustración por lo inalcanzable y los atajos para tener, sin implicarse en el ser.
Todavía en los últimos días de esta semana queda el ambiente festivo, la alegría de unas pocas horas en que se ignoraron, más que olvidaron, los problemas y penurias diarias, terapia para la enfermiza y debilitada vida mental de los hondureños que debiéramos fortalecer porque los desafíos del año recién iniciado serán tanto más fuertes y urgentes cuanto no se atendieron en los meses pasados.
La vuelta por completo del mundo laboral el próximo lunes nos ubicará a la mayoría en la dimensión real y la de los días venideros en los que el esfuerzo e iniciativa personales tengan el respaldo de una administración pública ágil y eficiente cuyo atractivo sea del detonante para eliminar la corrupción, institucionalizar el redimiento de cuentas y controlar el gasto “a lo loco”.
El mensaje del diente al labio en círculos oficiales al referirse a lo que nos espera en el presente, lo inmediato fácil, rápido y con mínimo sacrificio. Como anécdota, tras las recientes medidas fiscales la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) inicia una intensa labor de capacitación en el nuevo sistema de facturación, como aquellos que llenan los gimnasios estos días o se agregan a los habituales caminantes o corredores en bulevares de la ciudad. Aunque los motivadores señalan que un largo camino se inicia con el primer paso, los conflictos internos, la débil motivación, el deseo artificial y la escasez de buenos ejemplos obstaculizan o impiden el segundo paso, quedando todo en los primeros días de enero, que volverán a ser referencia a inicios de 2015, porque está plenamente identificado el ser que tropieza dos veces o miles en la misma piedra.
