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O yo o el caos

  • 28 agosto 2020 /

    Con la violencia en las calles, la disimulada, pero innegable pandemia con miles de muertos contabilizados y quién sabe cuánto más, el presidente Donald Trump levantó la bandera de “la ley y el orden” en el discurso de aceptación tras recibir la petición del Partido Republicano para seguir en la Casa Blanca cuatro años más y pueda “terminar de hacer a América grande de nuevo”. Mensaje con eco en el vicepresidente Pence, quien aseguró que la elección es “sobre si queremos que América siga siendo América”.

    O yo o el caos es la síntesis más sintetizada, como diría Cantinflas, del discurso de aceptación de la candidatura del aspirante a la reelección. “Vuestro voto decidirá si protegemos a los americanos que respetan la ley o si damos vía libre a los anarquistas violentos, los agitadores y los criminales que amenazan a nuestros ciudadanos. Estas elecciones decidirán si permitimos que una agenda socialista arrase nuestro amado destino”.

    El discurso de 71 minutos es repetición de mítines, pero el telón de fondo, a juzgar por demócratas, tiene un gran atractivo visual, aunque ha creado una gran polémica por el uso de la “casa del pueblo” en la carrera proselitista partidaria en favor de quien se halla en el poder.

    Manipulación y abuso de lugar oficial para aspiraciones personales, pero eso pudo ser antes, ahora ni la pandemia detuvo a invitados que, ajenos a las medidas de bioseguridad, participaron en el acto de aceptación.

    Recordar es vivir, enseña el dicho, pero en este caso es evidencia de un fracaso escrito es calles y ciudades de la unión americana con discriminación, señalamientos abusivos y ambiente contaminado del país, hasta hace poco, referente de la democracia y respeto a los derechos humanos. Hace cuatro años Trump prometió acabar con las “imágenes de violencia en nuestras calles y el caos en nuestras comunidades”. Hoy como ayer y por lo mismo, el poder. Al referirse al candidato demócrata utilizó el guion al pie de la letra en búsqueda de acortar distancia reflejada nítidamente en las encuestas por la mala gestión de la pandemia.

    En pocas palabras, pero reflejo del nerviosismo en las filas oficiales, Trump calificó a Joe Biden de “débil”, “el caballo de Troya del socialismo radical”.

    Miedo y más miedo que condujo a uno de los temas más polémicos en estos momentos, la economía, cuyas condiciones golpean el mundo laboral y con él a miles de familias. “No es el salvador el alma de Estados Unidos, sino el destructor de los puestos de trabajo americano y si le dejamos destruirá la grandeza”.

    En noviembre se sabrá, aunque ahora la ventaja favorezca al aspirante demócrata, si el poder y sus múltiples recursos se hallan en manos de un “lobo de mar”.