El Poder Legislativo sesionó en un ambiente inusual por el cerco individual y colectivo en que nos mantiene a los hondureños la pandemia del Covid-19. Era esperada la sesión por la urgencia de las decisiones después del acuerdo, con evidentes e inmensas lagunas, para mitigar el impacto de la crisis en el mundo laboral como descomunal desafío para las familias hondureñas, cuya prioridad en estos momentos es la supervivencia, salvar vidas.
La denominada Ley de Auxilio al Sector Productivo y a los Trabajadores se aprobó con dispensa de dos debates sin oposición, pese a los señalamientos de que algunos de los contenidos no fueron consensuados con el sector empresarial que expresó su amplia disponibilidad en respaldar las medidas y responsablemente con todos los hondureños contribuir a enfrentar y superar la crisis presente y la que se prolongará como consecuencia de la pandemia.
Resalta que el enfoque más significativo de lo aprobado vaya en camino hacia el aumento de la deuda, interna y externa, en vez de apuntar hacia la readecuación parcial del presupuesto nacional para tiempos difíciles con la adopción de prioridades e identificación plena del sacrificio y costo real del sector público, muchos de cuyos empleados seguirán con los extras sin que ni de raspadita les toque la crisis.
Pero esos son privilegios de quienes se insertan en el engranaje gubernamental y desde allí, lugar seguro, ven el azote de la tormenta y las grandes penurias de la mayoría de la población. Con la readecuación del presupuesto se ayudaría mucho a la labor de solidaridad con los más necesitados, hoy muchos más por el aumento del desempleo que no llegará a la planilla gubernamental y de los entes descentralizados.
La Ley de Auxilio aligera, como prórroga, para los pequeños y medianos contribuyentes el pago de los impuestos sobre la renta y sobre venta, un gran alivio, pues su actividad económica, en la mayoría de los casos ha desaparecido. El olvido de los grandes contribuyentes es un inmenso vacío, pues muchos de ellos son los motores del mercado de los emprendedores con la adquisición de sus productos y servicios.
'Que quede claro, lo que se apruebe hoy no es suficiente…”, señalaba el presidente del Congreso. Ojalá el próximo paso sea la readecuación del presupuesto nacional a los trágicos días que vivimos y a los que nos quedan por enfrentar. Lo de hoy no es suficiente… Veremos mañana.