09/11/2025
12:27 PM

La otra parte

    La primera en la frente señalaban las abuelitas en el pueblo cuando enseñaban a persignarse a sus nietos, refiriéndose a la señal de la cruz. En el campo fiscal y como saludo del recién iniciado ciclo anual, la publicación de la ley de medidas fiscales en La Gaceta ha consumado la veloz carrera del Congreso para aumentar los ingresos y facilitar, un poco, la gestión de la próxima administración.

    Ha sido tal la prisa, mala consejera, y el calculado tratamiento que están a la puerta reformas que actuarán como calmantes y no como cura. Las restricciones en el consumo a causa de los incrementos que ya han comenzado a sentirse, serán un fuerte freno al crecimiento de la economía con efectos directos negativos en los ingresos del Estado, en el poder adquisitivo de las familias y en las oportunidades de empleo.

    Sin embargo, la mayor preocupación en este momento, pues lo escrito (publicado) escrito está (publicado está), es el cumplimiento de la responsabilidad de la otra parte, del otro plato de la balanza para que el fiel se vaya acercando al medio y quede eliminado el monstruoso desbalance entre ingreso y egreso, recursos y gastos.

    No dejamos de referirnos a ello, pues la administración de los recursos presupuestarios se ha realizado en un ambiente de piñata con una constante permisividad de gastos con la benevolencia de políticos más afectos a personas y partidos que a la ley y al bien común. Mientras esto siga así, las esperanzas cuatrienales de redención se esfuman en engaños, cuyo saldo no será otro que mayor pobreza, disimulada, eso sí, con bonos y subvenciones.

    Las señales de la víspera van indicando que la fiesta será la misma, pues lo que se proyecta de las fuentes oficiales en los medios de comunicación es cómo aumentar los ingresos con la reducción de la evasión fiscal, estrepitoso fracaso del gobierno saliente, y no en la disminución de la planilla oficial con sus gastos ad láteres. El primer trimestre conoceremos la tónica del nuevo gobierno que, hoy por hoy, sigue la ruta conocida, pero la sorpresa puede provenir en el paso de las palabras a los hechos y así el “haré lo que deba hacer”, sea la puerta de un cambio espectacular, controlado y acertado en el gobierno.
    A ninguna otra administración se le preparó el camino, claro que ninguna encontró el escenario político en el que se tiene que mover el gobierno entrante durante los próximos cuatro años. Las prisas de estos días y la forma cómo se han presentado, debatido y aprobado las iniciativas están proporcionando la visión del “ancien régimen”, en espera de algo mejor que, por supuesto, no está garantizado. El primer ajuste de los que entran y el enésimo de los que van de salida, da un lado de la moneda, pero falta el otro para hacer justicia, pues de lo contrario llegará el momento en que el hartazgo, no la razón, domine los sentimientos y las fuerzas. No lo queremos para Honduras, pero la amenaza está ahí.