08/11/2025
09:26 AM

Gobernabilidad

    Los hondureños, utilizando una expresión de aeronáutica, hemos pasado la línea del no retorno y en las próximas horas, hoy mismo, habrá de irse esclareciendo el panorama para la nueva administración con la integración, primero provisional y posteriormente en propiedad, de la directiva del Poder Legislativo, en la que se han afanado las dirigencias partidarias.

    La clave, revelada en las declaraciones de los políticos, se halla en propuestas, a la espera de concretarse definitivamente en el último minuto, encaminadas a sostener y fortalecer la gobernabilidad con la acción satisfactoria del gobierno para la población y efectiva en decisiones enfocadas hacia el bien común, no hacia grupos o personas, con exclusión de las mayorías. La justicia social es la herramienta eficaz de un buen gobierno.

    La correlación de fuerzas en el Parlamento, con la participación de nuevos partidos políticos, ha creado un ámbito de oportunidades que reta a la clase política a seguir el mandato popular expresado en las urnas, que no es otro que el del buen gobierno expresado en seguridad, empleo, educación, salud, justicia, desarrollo y bienestar. La meta es ambiciosa, pero necesaria para superar el rezago, producto de políticas populistas y miopes.

    Aunque tardías, las conversaciones se multiplicaron el fin de semana anterior; ayer y hoy se están elaborando acuerdos que, desde luego, sean reflejos, no de cargos o pagos, sino de principios y de acciones concretas, tal y como se muestra en las exigencias liberales para una coalición en la elección de la directiva parlamentaria: Reforma del paquete fiscal; ampliar lista de exoneraciones del 15%; el aumento a los combustibles, etc...

    Dando y dando es la expresión popular para definir la negociación, pues habrá que ceder para conseguir, de lo contrario, las imposiciones aislan y el riesgo es que el partido triunfador quede más solo que la una, débil como gobierno y en peligro de tropezar, en tan corto tiempo, dos veces en la misma piedra.

    Esperamos que los cabildeos de último minuto logren ir afinando el ambiente más favorable para facilitar la acción del gobierno, lo que no significa que anular, vía aplanadora, la oposición, necesaria para evitar los abusos y las pretensiones de eternizarse en el poder con reformas o manipulaciones de la ley a capricho del de arriba. Pero una oposición obstruccionista que pone en jaque a un gobierno débil en el abismo al país, no debe caber en ninguna mente democrática. La teorías de los contrapesos sigue siendo la mejor vacuna para dictadores de uno y otro signo. A la gobernabilidad contribuyen las instituciones del Estado, pero también la participación de la sociedad, cuya gestión no quedó cerrada en las urnas, sino que sigue abierta para auditar a sus representantes en el Poder Legislativo y funcionarios del Ejecutivo. No necesitamos aventureros de aventuras calcadas.