24/04/2024
12:27 AM

El costo mayor

  • 16 octubre 2022 /

    Calcular el costo por los daños de los fenómenos naturales suele resultar simplón, pues es lo más visible lo que entra en la evaluación que, al final, proporciona una cara muy importante, pero carente de aquellos otros rostros dramáticos reflejados en la angustia personal, en el temor familiar y en el incremento de la pérdida de confianza en quienes nos gobiernan, pues seguimos expuestos a los desastres naturales agravados por la demagogia y la acción cosmética. Más o menos acertadas las pérdidas económicas se calculan por daños en los cultivos, afectación de viviendas, destrucción de infraestructura todo ello medible por hectáreas, número de casas inhabitables, carreteras y camino intransitables y otros elementos calculados que proporcionan en total miles de millones destruidos en la riqueza nacional. Pero hay un costo mucho mayor, desgraciadamente no evaluado, pero claramente reflejado en la calidad de vida en ese mundo personal y de convivencia ciudadana. ¿Cuántos empleos se perdieron? Nos referimos al sistema productivo y al de servicio en el ámbito privado, porque quienes se cobijan en el presupuesto nacional están protegidos y no necesitan estresarse a fin de mes o en la quincena.

    Es necesario pasar lo antes posible de emergencia a la recuperación de la vida diaria en que la actividad personal, no pocas veces con enormes sacrificios y privaciones, vayan abriendo camino, esa ruta del día después. Necesitan el respaldo efectivo, no tanto pregonado cuanto inmediato para disponer de una fuente personal y familiar de ingreso que logre hacer recuperar en el individuo y en el hogar la confianza, la credibilidad, la autoestima y las ansias de superación. Todo ello, ciertamente, no entra en cálculos económicos y financieros ni generan de inmediato la ayuda de países cooperantes. En estos últimos días se ha celebrado la jornada mundial de la salud mental que, entre nosotros, ni eco ha tenido pese a la urgencia y necesidad para una sociedad, cuyo deterioro democrático amenaza con alto vuelos y rasantes consecuencias. Esto y muchas otras situaciones no recoge la cuantificación de las pérdidas económicas y financieras que van al frente de miopes visiones de futuro, inmediato con asistencia, a mediano plazo con obras vulnerables en los próximos fenómenos y a más largo plazo aquellas obras que, hasta ahora, han quedado en agendas ocultas y olvidadas.

    No hay vuelta de página, decía el maestro en la escuela del pueblo, el daño mayor se sigue produciendo en las personas y en las familias que, en sus propias palabras, son “cada vez más cercanas” las desgracias. ¿Estará más cercana también la solución? Ya anunciaron para los próximos días el concurso para despertar El Tablón, Los Llanitos y Jicatuyo. ¿Será verdad tanta belleza?