Creyentes o no, la mayoría de los habitantes de este planeta no dejamos de escuchar con atención la voz profética del papa Francisco que, desde el inicio de su pontificado, nos ha hecho ver la responsabilidad que tenemos.
El desafío que ya ha recibido con un gran impulso una primera respuesta masiva a la emergencia, abre el camino hacia una solución estable y duradera en el ámbito de la salud tras el siniestro que arrasó al hospital de la isla de Roatán, centro de atención también para la demás población isleña.
El mundo hispánico, de ambos lados del Atlántico, celebra hoy otro aniversario del día consagrado a la lengua común que vincula a los pueblos de ambas márgenes del “mar océano”.
“Lo caido, caido”, así, sin acento, se escucha a Cantinflas mientras recoge la limosna entre los feligreses que están en misa. Y así ha sido la explicación inmediata a los hondureños que pagaron para la renovación del pasaporte con el sistema de consulados móviles, pero “neles pasteles”.
Nos referimos al primer tratado internacional, aplicable para América Latina y el Caribe, al cual se han adherido veinticuatro países, que promueven el desarrollo sostenible, garantizando los derechos de acceso a la información.
Los resultados de las evaluaciones generalmente no son a gusto de todos y descargan contra ellas quienes implícitamente, pero muy claramente, sienten responsabilidad. La educación, como sistema de aprendizaje, es la formación de las personas para su integración en la sociedad.
De acuerdo con los pronósticos de las agencias internacionales y locales que vigilan el comportamiento del clima en el Caribe, este 2024 tendremos una temporada de huracanes muy activa.
Las previsiones meteorológicas no van acompañadas de acciones para disminuir daños y dejar de culpar al cambio climático y a otros fenómenos naturales. Señalamos lo anterior porque desde fuentes oficiales proyectan una intensa temporada ciclónica que debiera no solo dar vergüenza por haber pasado los años.
El creciente número de mujeres sometidas a violencia física y psicológica, incluyendo feminicidios al alza que por lo general quedan en total impunidad, de diversas edades y condición social, ha alcanzado cifras.
“Siempre hace calor, pero en las últimas semanas... ¡Dios mío!”, expresión realista de una mujer sampedrana, quien, en el lenguaje diario, sin metáforas ni figuras literarias, agregó: “El agua de mi pila está tibia, la ropa se seca muy rápido.