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Estrategia japonesa

  • 13 octubre 2020 /

Editorial, 13 de octubre 2020.

    Es una combinación de sentido común, ciencia y flexibilidad, y aunque ellos mismos no se ponen como un ejemplo a seguir, los japoneses están consiguiendo contener el covid-19 sin que ese esfuerzo signifique aumentar el impacto en su economía.

    No han sido permisivos, como otras sociedades, pero tampoco han vivido bajo la imposición de medidas extremas, como el largo confinamiento, que ha dejado la destrucción de millones de empleos en el mundo. Se trata de un término intermedio, esa es la estrategia que está aplicando Japón frente al virus y que aseguran está resultando.

    El profesor Hitoshi Oshitani, virólogo de la Universidad Tohoku, lo resume así: “Decidimos aprender a vivir con este virus”. ¿Cómo? Usando mascarilla como un hábito ineludible, guardando la distancia social, lavándose las manos, no gritando, no conversando en voz alta, no besar o dar la mano y autoaislarse si hay indicio de malestar. Todo lo que ya sabemos y que nos cuesta aceptar.

    Para los japoneses, este es “un nuevo estilo de vida” en el que el coronavirus se comienza a ver como parte de la cotidianidad, una forma diferente de pensar. En Japón aceptaron que al coronavirus no lo eliminarán, que es una enfermedad infecciosa que hay que aceptarla y aprender a coexistir con ella.

    De hecho, después de mayo, la economía en Japón ha ido regresando poco a poco a la normalidad. Escuelas y transporte están activos, restaurantes y comercios abiertos, e incluso hay campañas incentivando a la población a salir, a no quedarse en casa. Y no se trata de que Japón no ha sufrido. Le ha ido peor que a otras naciones asiáticas, registrando al menos 1,500 muertes hasta ahora, y su Gobierno ha sido criticado por no implementar medidas a tiempo y por el bajo nivel de pruebas para detectar el covid-19.

    Pese a las críticas, el Gobierno optó por aplicar una estrategia diferente: aprender a vivir con el virus, verlo como parte de la cotidianidad en un nuevo “estilo de vida”, donde se pide a los fanáticos no gritar en eventos deportivos y, a quienes se reúnen, hablar bajo y usar mascarilla en todo momento porque, para los japoneses, el virus se transmite no solo por la tos, estornudos o contacto, sino también de forma aérea, por lo que evitan lugares poco ventilados y aglomeraciones. Y sea por su cultura, por haber lidiado con otras infecciones, porque siempre han sido más propensos a guardar distancia o por presión social, sea cual sea la razón, los japoneses han tomado el uso de mascarilla como parte de su día a día y atienden disciplinadamente las advertencias para evitar el contagio. Esa es su estrategia: un nuevo “estilo de vida”.