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Más oportunidades

  • 10 septiembre 2020 /

    “Si los partidos dejan de fabricar sueños, de crear utopías, entonces desaparecen, pero no podemos dejar de pensar que se requiere de un rediseño partidario en esta sociedad”. Palabras de ayer, muy ayer, de un presidente centroamericano cuando aún los mandatarios se daban los buenos días y hablaban con la promesa final de “solucionaremos el problema”.
    Desafortunada la expresión también en aquellos años con el reciente pasado bélico en la región, pero no deja de ser una trágica realidad de los Gobiernos: las soluciones desaparecen de la fábrica de sueños y la utopía se reduce a discurso proselitista con miras en las urnas y nada más.

    La cercanas elecciones, primarias y generales, presentarán un abanico de oportunidades como nunca en la historia del país, pues ya se hallan en cartera, alistando los últimos requisitos legales, partidos que deberán abrir camino, pues es mínima su experiencia y reducidísimo el alcance en la población; pero con algo hay que empezar.
    Catorce serán los candidatos, aunque está claro y es evidente que sobre el tablero se moverán fichas para integrar coaliciones, evitar quedar descolgados y participar, según negociaciones, del poder. Habrá que hacer la fuerza y aferrarse con firmeza a los institutos políticos más fuertes, cuyos dirigentes también se movilizarán por el caudal partidario.

    No es el momento, y nunca debiera haberlo sido, de la fabricación de sueños o la creación de utopías, pero esto mismo es una utopía, pues agenda política, el discurso proselitista y los intereses personales o de amigos llenan las promesas, vacían los compromisos y como cachinflín al día siguiente de llegar a la Presidencia lo que predomina es humo y ruido.
    La carrera electoral enfila ya la recta final. Por lo menos se logró que en las primarias los electores ejerzan el sufragio con el documento de identificación que tengan. Distinto y de mayor dificultad será lo del censo, requerido “puro”, aunque los partidos debieran disponer de un censo, permanentemente actualizado, de sus miembros y ellos marcar el rumbo de su instituto político.

    Ojalá que con la justificación de las elecciones haya saneamiento en el Registro Nacional de las Personas, pero mientras siga siendo un organismo en manos de dirigentes y activistas políticos será imposible eliminar la manipulación. Se da el “hoy por ti, mañana por mí”. Hay más oportunidades para el voto razonado y razonable, no para sueños y utopías, pues la pandemia exige plena dedicación a la educación, a la salud, a crear empleo, a disponer de alimentos y a ser implacable con la corrupción.