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No lo dice todo

  • 11 junio 2019 /

El presidente Donald Trump en su rutinaria y polémica presencia en las redes sociales señala que se ha firmado otra parte del acuerdo que “será revelada en un futuro no tan distante”.

    No todo se conoce”, es la controversial expresión referida al acuerdo migratorio suscrito por Estados Unidos y México y sobre el cual se han desarrollado muy distintos criterios, según el lado de procedencia. Tras los ocho días de intensas negociaciones en Washington, el Gobierno mexicano evitó la imposición de aranceles, pero lo que de ello se deduce es que queda la puerta abierta y muy probablemente el tema económico y comercial sea la carta a jugar en las desavenencias entre ambos o en las imposiciones, no muy bien disimuladas, de una de las partes, claramente identificada. En esta ocasión, el acuerdo fue calificado como oxígeno para el gobierno de López Obrador que ha salvado, por el momento, los trastes.

    El presidente Donald Trump en su rutinaria y polémica presencia en las redes sociales señala que se ha firmado otra parte del acuerdo que “será revelada en un futuro no tan distante”. La reacción de la Cancillería azteca se concentra en un rotunda negativa a esta declaración y, aunque reconoce que lo acordado no es definitivo, le permite ganar tiempo a la administración mexicana, ya que en 45 días habrá evaluación de las medidas adoptadas y de las que puedan venir a medida que las restricciones a la ola migratoria aumenten.

    Cuatro son los ejes principales sobre los que girará la acción antiinmigrantes. El primero ya fue anunciado y comenzó a desarrollarse antes de la suscripción del acuerdo: el despliegue de seis mil soldados de la Guardia Nacional en los once municipios de la frontera sur en el límite con Guatemala. La tarea de contención y, sobre todo, disuasiva es el objetivo teórico para contener la ola migratoria, pues las causas del éxodo siguen existiendo y son reales.

    El segundo punto, polémico y gravoso, se refiere a la devolución a territorio mexicano de todos aquellos inmigrantes que crucen la frontera para presentar solicitud de asilo, cuya respuesta puede tardar más de dos años. Miles y miles de migrantes esperan la decisión de los jueces, cuyos tribunales se ven rebasados, pues las peticiones se han incrementado en un 70% en relación con 2017 con el desplazamiento masivo hacia el norte en caravana. México e_SDLqofrecerá oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los inmigrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio mexicano”, consta en el acuerdo.

    Respaldo, no muy preciso, al Plan Integral de Desarrollo propuesto por López Obrador y evaluación de resultados cierran el acuerdo que para los mexicanos lo dice todo, pero para Washington hay “gato encerrado”.