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A esperar el lunes

  • 07 junio 2019 /

México insiste en la necesidad de un compromiso del gobierno de Trump para respaldar un plan integral en el Triángulo Norte centroamericano y trazar la ruta de solución a mediano plazo.

    A tres bandas se identifica uno de los juegos más populares del billar que, salvadas las diferencias y con el perdón de las personas a las que no referimos, utilizamos para describir una realidad que tiene también tres protagonismos, uno más que otros, según sea el punto de vista. Mientras llegan centenares de repatriados o se contienen ya las caravanas en la frontera sur de México, las negociaciones a alto nivel para evitar aranceles a exportaciones mexicanas se desarrollan con progreso; pero no suficiente, según la presión que ejerce Washington.

    Hace unos días, el titular de la Casa Blanca, que centra sus aspiraciones a la reelección en el tema migratorio, amenaza al Gobierno mexicano con incrementar los aranceles a las exportaciones hasta en un 25%. Los encuentros del Gobierno azteca con sectores internos para paliar las amenazas han proporcionado cohesión y fortalecimiento entre políticos, diplomáticos y empresarios; pero mientras frenan caravana, el canciller mexicano se reúne con funcionarios norteamericanos “con el objetivo de acercar posiciones” en un clima “cordial y respetuoso”, en palabras del ministro Marcelo Ebrard; pero no dejaron de resonar mensajes en las redes con la manida expresión, hay avance pero no es suficiente, según Trump, o “México necesita hacer más”, del vicepresidente Mike Pence.

    El gobierno de López Obrador ya respondió a este desafío, que se prolongará y será utilizado como tema electoral a falta de aquella presencia en aliados tradicionales y en mercados sobre los que se ha trazado el veto a la globalización, enclaustrando el mundo productivo y financiero en una economía de pugna política ajena a la competencia y socios que encuentran en otros países recepción y comprensión a sus esfuerzos productivos.

    Al finalizar la primera jornada de negociaciones para detener la guerra arancelaria, México anunció el envío de 6,000 militares a la frontera con Guatemala. Queda todavía pendiente aquello del asilo, sobre lo que la Casa Blanca presiona con más fuerza a fin de que el país flexibilice más sus condiciones, así como para recibir a migrantes devueltos por la Unión Americana. México insiste en la necesidad de un compromiso del gobierno de Trump para respaldar un plan integral en el Triángulo Norte centroamericano y trazar la ruta de solución a mediano plazo. Hasta el lunes sabremos el peso y la dimensión de la amenaza, habitual en la agenda y en los espacios digitales de Trump.