Si durante las últimas semanas ha habido una intensa labor de prevención con la inspección de las unidades y la administración de empresas, el Ministerio Público desplazó personal para instruir a los viajeros sobre sus derechos y para animar a denunciar cualquier anomalía o atropello, como el irrespeto de horario, llevar viajeros de pie, las paradas en cualquier lugar para subir pasajeros a lo largo de la ruta, el aumento en el precio del pasaje o la negativa a aplicar el descuento a las personas de la tercera edad. En numerosas ocasiones, los dueños del transporte y sus empleados proyectan la imagen de víctimas; sin embargo, la quejas de los usuarios se multiplican en ocasiones especiales, como estos días de vacaciones, y en el transporte cotidiano por la pelea para llenar las unidades y por el irrespeto a las regulaciones de circulación.
Sobre el transporte recae una gran responsabilidad en el éxito de estos días, de manera que vayan quedando atrás aquellos tiempos en que la semana era calificada por el número de víctimas en el transporte, en ríos, playas o balnearios. En esto del tráfico, las autoridades mediante controles en carretera o en tramos viales deben mantener una fuerte vigilancia, pues la irresponsabilidad de conductores, bajo los efectos del alcohol, causa daños mortales en su familia o en otras personas inocentes, así como perjuicios en bienes de otros. Los lamentos o lágrimas posteriores no devuelven vidas ni milagrosamente curan heridas, por lo que es necesario “mano dura” en defensa de la vida y seguridad en la integridad de las personas.
Los retenes, así como los puntos de atención, se han multiplicado el fin de semana, la concentración de viajeros exige mayor presencia, lo mismo que el próximo fin de semana cuando la vuelta a la casa sea el prólogo de un día siguiente que es “pecado” hablar de él hoy, pero que también es “pecado” identificarlo, el lunes.