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Lo que se avecina...

  • 11 marzo 2019 /

Y si en el norte estornudan, en el sur nos postra la gripe, ya que nuestra economía tiene en la Unión Americana su mayor mercado para nuestras exportaciones.

    Para las explicaciones de los fenómenos sociales, económicos, financieros, políticos... hay que buscar las causas, unas con mayor influencia; otras catalogadas de colaterales, pero todas ellas necesarias para comprender lo que está sucediendo. Sorprendieron las cifras proporcionadas sobre la creación de empleos en febrero en Estados Unidos con explicaciones tan variadas que en Wall Street hay inversores señalando ya la primera evidencia de la desaceleración económica, mientras otros recuerdan las grandes nevadas y el paro del Gobierno por la disputa sobre el financiamiento del muro en la frontera sur.

    Hay otras pruebas de que la economía se tambalea, obligando en la Unión Europea a lanzar rescates urgentes ante lo que se puede avecinar en este mes con la votación del brexit en Londres y la firmeza de la eurozona en mantener lo acordado. China también, identificando las consecuencias de la guerra comercial, ha tomado medidas de ajustes y de ayuda y subsidios a la producción y a las exportaciones, que han caído drásticamente. El acuerdo mundial se ciñe a que la economía del gran país asiático se está desacelerando más rápido de lo que se pensaba, lo cual no se refleja en la balanza comercial con Estados Unidos, pues esta, pese al proteccionismo de Trump, se ha disparado a máximos de 10 años.

    Los salarios, entre tanto, suben. Las explicaciones a la luz del pasado cercano y del visionario futuro marcan direcciones opuestas con un elemento positivo inmediato, “los salarios han crecido”, se vanagloria Trump, pero eso mismo será un pesado lastre en el mundo comercial si no hay un vertiginoso despegue en la productividad para lograr y mantener ventaja en la competitividad, que rompe todos los muros, incluso los del proteccionismo más extravagante y desfasado. Es notorio que en el sector de la construcción fue el área con mayor destrucción de empleo en la línea de las políticas antiinmigrantes de la administración Trump.

    Y si en el norte estornudan, en el sur nos postra la gripe, ya que nuestra economía tiene en la Unión Americana su mayor mercado para nuestras exportaciones y, en el campo monetario, los millones de dólares de las remesas son fuerte columna para el sostenimiento de las importaciones. Un favorable ambiente en los sectores productivo y de servicio posibilitan oportunidades de empleo para los inmigrantes en aquellas áreas en las que la población norteamericana no interviene por la naturaleza de la labor, lo deprimido del salario o las condiciones adversas.

    Una desaceleración, por el proteccionismo y la guerra comercial, también nos llegará, aunque la buena noticia es que en los primeros meses del año las remesas han crecido un 12%.