09/11/2024
10:58 AM

Trump está mintiendo otra vez

El presidente de Estados Unidos está mintiendo otra vez.

Está mintiendo sobre las razones por las que despidió a James Comey, el director de la FBI. Trump dijo que lo hacía porque Comey hizo mal la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, lo que significó que Comey no “podía dirigir efectivamente a la oficina”.

No hay ninguna razón para creer la versión de los hechos de Trump y muchas razones para creer que está mintiendo. ¿Cómo puedo estar tan seguro?

Primero, es importante recordar exactamente con qué frecuencia miente Trump. Prácticamente, cada vez que encuentra más conveniente decir una falsedad que decir la verdad, él prefiere la falsedad.

Una lista incompleta de cosas sobre las que ha mentido incluye: el lugar de nacimiento de Barack Obama, “las escuchas” de Obama, el asesinato de John F. Kennedy, el 11 de septiembre, la guerra en Irak, el EIIL, la OTAN, los veteranos militares, los inmigrante mexicanos, los inmigrantes musulmanes, los ataques antisemitas, la tasa de desempleo, la tasa de asesinatos, el Colegio Electoral, el fraude electoral, el tamaño de la multitud que asistió a su toma de posesión, su iniciativa de ley sanitaria y el manoseo que hizo a mujeres.

Segundo, anteriormente, Trump elogió a Comey por reabrir la investigación de los correos electrónicos de Clinton, que fue la esencia de la razón del despido, como notó Igor Volsky de CAP Action.

Tercero, Trump dijo que solo estaba dando seguimiento a una recomendación del Departamento de Justicia y dio a conocer una carta de esa dependencia para reforzar su argumento. No obstante, la oportunidad no tiene sentido – y los asesores de Trump ya debilitaron a su jefe al reconocer que quería despedir a Comey.

Como señaló Bill Kristol del “Weekly Standard”, la carta del Departamento de Justicia está fechada el mismo día del despido y el funcionario que la escribió apenas lleva dos semanas en el puesto, que no es tiempo suficiente para una revisión seria que pudiera haber cambiado completamente la posición previa de Trump.

“Así es que no hubo una verdadera recomendación del DOJ”, escribió Kristol. “Trump quería hacerlo y crearon un rastro de documentos”, añadió Kristol, un conservador, “Uno puede ser crítico de Comey y a la vez estar alarmado por lo que ha hecho Trump y cómo lo ha hecho”.

Todavía más condenatorio, fuentes de la Casa Blanca también admitieron el jueves por la noche que el propio Trump inició el despido. La Casa Blanca acusó a Jeff Sessions, el fiscal general, de encontrar una razón para despedir a Comey, como han reportado “The Times” y otros.

Finalmente, y lo más obvio, Trump tenía un motivo muy grande para despedir a Comey e instalar a un partidario. Comey estaba supervisando la investigación de los diversos vínculos extraños del equipo de campaña de Trump con el gobierno ruso.

“El despido de James Comey como director de la FBI es un acontecimiento asombroso”, escribieron en “Lawfare” Benjamin Wittes y Susan Hennessey, dos de los observadores más perspicaces del caso ruso. “Es una cosa profundamente peligrosa; una medida que hace peligrar de inmediato a la investigación Trump-Rusia y que quita de la jerarquía investigadora al ?nico funcionario sénior al que el presidente Trump no nombró y a uno al que se le conoce por hacerle frente al poder”.

El presidente está mintiendo sobre el despido de un alto funcionario de las fuerzas del orden, y lo más seguro es que esté mintiendo para protegerse él, y a sus asesores, de una investigación completa de sus propias actividades.

El senador demócrata por Hawái, Brian Schatz, escribió la noche del martes: “Estamos en una crisis constitucional plena”.

Ahora está claro que el Departamento de Justicia de Trump no tiene ninguna independencia. Tanto Sessions como su subjefe, Rod Rosenstein, están actuando como agentes de Trump. Y ahora la FBI también está comprometida.

La única forma de desenmarañar la crisis constitucional es una indagatoria independiente, totalmente libre de la supervisión de Trump. Varios congresistas republicanos expresaron su inquietud por el despido de Comey, pero las palabras no son suficientes.

Los miembros del Congreso necesitan darles a los estadounidenses una razón para creer que la investigación sobre Rusia no es una charada con un resultado predeterminado. Necesitan dejar claro que mientras que el presidente puede pensar que está por encima de la verdad, no está por encima de la ley.

*The New York Times News Service