11/11/2025
01:04 AM

Para leer en vacaciones

No quisiera complicar a nadie durante este pequeño período de vacaciones con preocupaciones sobre el futuro ni temas complicados que hagan pensar demasiado, voy a escribir libremente lo que se me ocurra, sin otro fin que entretener al lector que tendrá que enfrentar el año nuevo con suficientes problemas por resolver.

Quizá el más importante será cómo equilibrar la economía personal, seguramente maltrecha por los excesos de esta época festiva, cosa que con bastante seguridad puedo afirmar era de las propuestas rotas del año que termina.

Perdón, dije que no iba a preocupar a nadie, así que el párrafo anterior debe darse como no leído.

Mejor hablemos de zombis y vampiros. En un popular programa de televisión (Teoría del Big Bang) uno de los cuatro imbéciles protagonistas discutía con sus compañeros sobre lo que le ocurriría a un ser humano normal si era mordido por un zombi que, previamente, había sido mordido por un vampiro. ¿Se convertiría en vampiro o en zombi? Es difícil decirlo; ¿cuál de las dos maldiciones tendrá más fuerza? Al final expone la teoría de que la víctima se transformaría en un “zompiro”, una mezcla de ambos. Por favor no lo tome usted muy en serio, aunque recuerde que esos chicos (los actores) reciben casi 800 mil dólares por episodio de 26 minutos filmado, así que no tan idiotas después de todo.

Alguien me envió la siguiente pregunta: ¿Quién ganaría en una lucha entre Superman y Hulk? La respuesta venía también: Obviamente que Superman, quien solo tendría que mandar a Hulk al espacio y, como este no puede volar, obviamente quedaría flotando para siempre. Esto sí, le voy a recomendar que lo tome en serio, tal y como lo hacen los millones de personas que siguen las aventuras de ambos superhéroes. ¿Se ha fijado que cuando dos hormigas se encuentran siempre se saludan? Algunos dicen que lo que hacen es intercambiar información por medio de sustancias químicas. No lo voy a discutir, a lo mejor es cierto. No obstante yo prefiero pensar que las hormigas son sumamente amables y cultas, así que acostumbran saludar a todo el que se encuentran: “Buenos días señora hormiga, qué tal cómo le va” “Muy bien gracias –responde la otra- y usted ¿cómo se encuentra?” “Pues muy bien, aquí siempre en las mismas, que tenga un buen día”, “Muchas gracias igual para usted”. Y así todos los días, con todas las hormigas que encuentran en el camino… hasta que tropiezan con un sapo o un baño de insecticida. En China por ley las parejas solo pueden tener un hijo, lo hacen para evitar el crecimiento descontrolado de la población, que de todas maneras parece fuera de control porque pronto tendrán 1,500 millones de habitantes. Semejante cantidad de población ofrece problemas enormes, difíciles de calcular. Olvidemos el agua potable que necesita toda esa gente, el manejo de los desechos o abastecer los hospitales públicos con medicinas gratis para los más pobres, pensemos únicamente en cosas más sencillas como ponerle un nombre diferente a cada persona. ¿Tendrá esto alguna regulación? “Mire señor, resulta que en su barrio ya hay trescientos mil “Changs”. “Por favor dígame, cuáles nombres están disponibles en la zona?”, “La verdad no hay ninguno que pueda tener en exclusividad, no obstante quedan algunos “Li” y otros pocos “Chong”, usted decide cuál prefiere”. “Bueno, me quedo con “Li”, no está tan malo, ¿te parece bien, amor?”. “Si pues, qué le vamos a hacer?”.

Y así, con “profundos” pensamientos inservibles, llegamos al fin de artículo y también al fin de año. Nos vemos en enero.