24/04/2024
12:27 AM

¡Original!

Alejandro Espinoza

“Lo que nos hace diferentes son las imperfecciones”: Robin Williams.La mayoría de las alegrías y penas de los seres humanos provienen de sus relaciones interpersonales; pero la necesidad de relacionarse es evidente. Las necesidades afectivas han de satisfacerse desde el comienzo de la vida: la necesidad de contacto físico, necesidad de intimidad y necesidad de pertenencia a un grupo.

La familia es uno de los grupos en que mayor pertenencia se desarrolla, el rol adquirido y las habilidades que se adquieren en ella son repetidas en el seno de nuevos grupos a los que nos incorporamos. Las etapas evolutivas del desarrollo dadas por Erickson en el ciclo de la vida, como ser confianza, autonomía, iniciativa, inventiva, identidad, intimidad, generatividad e integridad, son vitales en la conducta y personalidad. Cuando Miguel Ángel se preparaba para esculpir la estatua de David empleó mucho tiempo para escoger el mármol, ya que comprendía que la belleza del producto final dependía de la calidad de la materia prima; sabía que podía cambiar la forma de la piedra, pero no podría transformar la composición básica de ella.

Cada obra maestra de Miguel Ángel era única, pues nunca hubiera podido encontrar dos piedras de mármol idénticas. Cada uno de nosotros es único y original; año tras año nos han golpeado, martillado, astillado, lijado y pulido, y cuando pensamos que ya estábamos listos y maduros, alguien comenzó a modelarnos de nuevo. Todos nacimos con nuestros propios rasgos temperamentales, nuestra propia materia prima, unos como el granito, otros como el mármol y otros como la piedra arenosa.

Todos tenemos un temperamento, el “yo” verdadero y la personalidad es la fachada con la que vestimos la del verdadero “yo”. Sí podemos entender y saber de qué estamos hechos, quiénes somos realmente, por qué reaccionamos como lo hacemos y conocer nuestros puntos fuertes y débiles. “Pues somos la obra maestra de Dios“. Efesios 2:10 NTV.